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31/10/08


ARCHIVO DE NOTICIAS ANTERIORES


>Crean una aplicación que permitiría predecir la caída de granizo


Mejor prevenir que curar. Esa famosa frase pareciera encajarle como anillo al dedo a Guido de Caso, un estudiante graduado de Computación de la Universidad de Buenos Aires que recientemente desarrolló una aplicación que apunta a predecir la caída de granizo.La idea, cuenta Guido, surgió tras el fuerte granizo que cayó a principios de marzo en la Ciudad. “Ese día, por pura fortuna, mi suegra escucho sobre el granizo en la radio, le avisó a mi mujer y ella a su vez me llamó a mi.

Gracias a esta cadena de avisos muy casera pude poner el auto a buen reparo”. Inmediatamente, este desarrollador argentino de 28 años se puso a pensar cómo podía utilizar la tecnología para no depender tanto del azar. Así fue como finalmente creó "Granizo Alertas" , una app gratuita que actúa como un notificador de alertas de granizo.¿Cómo funciona? Muy simple.

El programa se nutre de dos fuentes de información: Twitter y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).La primera fuente, la red social de los 140 caracteres, es fundamental para la plataforma ideada por el argentino. La app, explica Guido, se fija "en qué ubicación estás (latitud y longitud) y busca tweets de tu zona que hagan referencia a granizo".

“Cuando la cantidad de tweets llega a cierto nivel alarmante, se te notifica mediante un aviso sonoro, de forma tal de que puedas salir a poner a reparo tus cosas”, agrega.“Granizo Alertas” también utiliza información del SMN. Cuando éste lanza una alerta, el puntaje calculado por la aplicación sube. Sin embargo, no alcanza con que haya una advertencia para que la app empiece a sonar (hay que tener en cuenta que muchas veces se emiten alertas de manera muy preventiva). Es así como combinando estas dos fuentes, se calcula un puntaje entre 0 y 100, y al alcanzar un nivel crítico, la aplicación empieza a emitir notificaciones sonoras para dar aviso.

El programa es gratis, funciona en todo el país y, por ahora, solamente se puede instalar en dispositivos con Android, aunque su creador no descarta adaptarlo a otros sistemas operativos. “Me interesa mucho la posibilidad de lanzar una versión para iOS (iPhone, iPod, iPad). Pero no tengo planes concretos al respecto”, relató Guido, en diálogo con Clarín.com.


>Procuran predecir grandes tormentas con más antelación

Lluvia torrencial, ráfagas de viento, granizo del tamaño de una pelota de golf, son los componentes de un temporal que puede producir caída de árboles y voladura de techos, como el que se dio el miércoles pasado en el área metropolitana. Sin embargo, con las herramientas disponibles hoy, es difícil pronosticar con precisión esos fenómenos climatológicos extremos.
Los nuevos radares que se encuentran en construcción mediante el Sistema Nacional de Radares Meteorológicos permitirán dar alertas con mayor anticipación y prevenir desastres. En una primera etapa, se instalarán dos, que se sumarán a los cuatro ya existentes. El primero, previsto para fines de 2013, se ubicará en Bariloche, y el segundo, seis meses después, en Córdoba, para completar la cobertura de la llanura central del país, según se anticipó desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación. Luego, se agregarán otros diez radares, que operará el Servicio Meteorológico Nacional.
“Este sistema permitirá medir en diversos lugares la distribución de gotas y ayudará a comprender mucho más las tormentas de la región”, explica la doctora Paola Salio, investigadora del CONICET y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.


El factor crítico es la caída de granizo, que es difícil de predecir pues tiene un impacto localizado. En los últimos 20 días, el fenómeno ocurrió dos veces en el Conurbano bonaerense: el 19 de marzo y el miércoles pasado. El equipo que dirige Salio desarrolla técnicas de seguimiento que, al combinar imágenes del radar con modelos numéricos, logra determinar las áreas donde se localizan las tormentas. “Queremos poder dar alertas rápidas con media hora de antelación y para áreas precisas”, adelanta Salio. Actualmente, se dan alertas con muy pocos minutos de anticipación, para áreas muy extendidas, como toda la Capital Federal.


El radar emite una señal de microondas que, al chocar con un objeto en las nubes, rebota; una parte de esa energía retorna y da idea del tamaño de las partículas que componen la nube. “Así se puede saber si son gotas grandes o chicas, o cristales de hielo”, explica la investigadora. Las partículas grandes de hielo pueden indicar granizo. Y si son gotas grandes, una precipitación intensa.



Una nube de tormenta tiene un radio mayor a 5 kilómetros y una estructura de crecimiento. Por lo general, puede extenderse desde una altura de dos kilómetros, en la base, hasta los 16 kilómetros en el tope. Esta estructura vertical puede dar lugar a lluvias intensas, de 250 milímetros por hora. Como las gotas se pueden medir con el radar, es posible predecir la cantidad de agua que caerá.

Para que se forme granizo, las gotas de agua muy fría chocan con partículas en suspensión o granos de polvo, y se cristalizan, congelándose rápidamente. Las esferas de hielo formadas comienzan a descender, por su propio peso, pero las corrientes ascendentes las transportan hacia arriba, donde el agua sigue cristalizándose y se agranda el tamaño de la esfera.
Los nuevos radares de doble polarización permiten diferenciar las gotas de agua de las partículas de hielo, e indican si la gota es redonda o tiene otra forma. Actualmente, hay dos radares de doble polarización, uno en Paraná y otro en Anguil, en la provincia de La Pampa. <

¿Un radar en la Ciudad?

Para predecir tormentas en la Capital Federal, ¿es conveniente colocar un radar dentro del territorio porteño?
“Cuando se instala un radar, el área que lo circunda no se puede observar bien. Para tener un pronóstico de granizo en la Ciudad de Buenos Aires, es buena la ubicación en Ezeiza. De hecho, hay uno allí y otro en Pergamino”, señala la doctora Paola Salio, y agrega: “Sería bueno que la Ciudad tuviera cobertura de un radar de doble polarización, porque distingue si la partícula es agua o hielo. El de Ezeiza no posee esa tecnología, y sería interesante que la tuviera.”

El ciclo de las tormentas

Las tormentas se producen cuando un frente frío choca con una masa de aire caliente y genera su ascenso. El aire frío desplaza al caliente y húmedo que, al ascender, se condensa y forma la nubosidad. Toda tormenta tiene un ciclo: nace, crece, llega a su máximo tamaño, se precipita y se disipa. Ese ciclo puede durar hasta seis horas. Pero, por lo general, se da una sucesión de nubes de tormenta, con fuertes lluvias durante un período más largo.
Cuando la nube precipita, en general, refresca. Es que parte del agua se evapora, y para ello requiere energía que toma del aire circundante. Cuanto más seco sea el aire, la evaporación es mayor, y más rápido refresca. El aire más frío es más pesado, y hace que la nube desaparezca. Si la nube permanece, asociada al aire frío, se va desplazando para buscar zonas con mayor humedad.


Susana Gallardo
(Centro de Divulgación Científica, FCEyN-UBA)
Para Tiempo Argentino



>>Temporal en Cordoba Capital deja 2 muertos y serios destrozos (Enero 2012)

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Un hombre de 46 años murió esta tarde como consecuencia de un fuerte temporal que azotó a la ciudad de Córdoba. La tormenta provocó la caída de más de 200 árboles, así como voladura de techos y cortes de energía.

La víctima fatal fue Jorge Carrizo, cuyo Peugeot 206 fue aplastado por un árbol que cayó en la avenida Capdevila, en el este de la capital cordobesa. La tormenta se desató pasadas las 15, tras una mañana calurosa y soleada, y duró apenas media hora. Cayeron unos 200 árboles, postes y estructuras de cemento que sostienen las redes de alta tensión; volaron techos de chapa, muchas calles céntricas se anegaron y hubo cortes de energía en los barrios de Las Palmas, Tronador, Santa Isabel y Talleres.

"La zona sur fue la más afectada por la falta de luz, la caída de árboles y la voladura de techos en barrios como Villa El Libertador o Coronel Olmedo", informó Manuel Guzmán, director de Defensa Civil de la Municipalidad capitalina.

El funcionario dijo que "la prueba de la magnitud del fenómeno meteorológico es que, en la avenida de Circunvalación se cayeron como papel los carteles indicadores". Añadió que "los llamados (de damnificados) fueron interminables", y agregó que "hubo una decena de heridos por politraumatismos varios debido a accidentes de tránsito".

En forma preventiva, las autoridades cerraron al tránsito la ruta 5, que une la capital cordobesa con Alta Gracia, a 36 kilómetros al sudeste, y la 36, que va a Despeñaderos, a 50 kilómetros, en el departamento Santa María. Cerca de las 18, el tránsito ya había sido restablecido.

En la zona céntrica de la ciudad de Córdoba, al igual que en la Costanera y en las avenidas Humberto Primero, Castro Barros, Caraffa o Rafael Núñez cayeron varios árboles. También hubo carteles de negocios rotos y semáforos fuera de servicio.

El temporal afectó hasta la Nueva Terminal de Córdoba, cerca del Centro Cívico del Bicentenario, sede del gobierno provincial, dado que el agua complicó la circulación de los ómnibus.

El presidente de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), Osvaldo Simone, explicó que "los primeros resultados muestran un cuadro de situación difícil".

"A raíz de vientos de 120 kilómetros por hora, el daño en la estructura energética ha sido importante, aunque ya hemos logrado reponer gran parte del servicio", anunció.

Explicó que la ciudad cuenta con "300 distribuidores, grandes líneas que asisten a los barrios y zonas residenciales, y unos 180 habían sido afectados por el temporal. De ese total, el 50 por ciento ya fue repuesto", precisó Simone.

Desde el mediodía, Defensa Civil de Córdoba había lanzado una alerta meteorológico para las zonas "sur y centro" de la provincia, haciéndose eco de las previsiones del Servicio Meteorológico Nacional.

"En la jornada de hoy podrían presentarse fuertes precipitaciones, con posibles caídas de granizo y rotación del viento al sector sur con ráfagas de hasta 40 kilómetros por hora", había alertado Defensa Civil por medio de un comunicado.



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Buenos Aires cambió: dicen que ya es una ciudad tropical





Buenos Aires se está convirtiendo en una ciudad tropical ”, dice Osvaldo Canziani, físico y doctor en meteorología argentino, que formó parte del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que ganó el Premio Nobel de la Paz en 2007. Lo dice en bases a las evidencias científicas que demuestran que hubo cambios en las temperaturas, las lluvias y los vientos que afectan a la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, y en el nivel del Río de La Plata, que está determinado por el nivel del mar. “La ola de calor que estamos viviendo es parte de este gran cambio”, enfatizó.








El fenómeno de la ola de calor es muy característico del mes de enero: se da cuando hay más de 3 días en los que la temperatura mínima iguala o supera los 23°. Durante los días pasados, la Ciudad fue un infierno : incluso ayer a las 5 de la mañana la temperatura era de 28°.








Para Canziani, que actualmente es el presidente ad honorem del consejo asesor de la Agencia Ambiental, que depende del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, “este calor nos debe llevar a pensar y reflexionar a toda la población que hay que hacer cambios porque el futuro puede ser peor ”.








“El cambio climático está produciéndose en todo el planeta, y en la ciudad de Buenos Aires ya se están observando cambios. Por lo cual, hay que prepararse y tomar medidas ahora, que necesitarán de la colaboración de toda la población para que se puedan llevar a cabo”. Agregó que una frase de David King, un científico que sirvió como asesor al gobierno de Gran Bretaña, sirve para explicar la importancia del problema: “El cambio climático es el problema más severo que nosotros enfrentamos hoy, más serio aún que la amenaza del terrorismo ”.








El especialista argentino sostiene que los fenómenos como las olas de calor más frecuentes están asociados al aumento de las temperaturas mínimas, medias y máximas en el territorio porteño. “En invierno, la gente no registra de manera negativa esos aumentos, pero en verano sí porque sufre efectos sobre su propia salud, como el golpe de calor”.








Durante los últimos 100 años, la temperatura media de la ciudad subió 1,8 grados.








Y el cambio que más llama la atención es el de 2,7 grados en las temperaturas mínimas, también durante los último siglo.




Para el futuro, y en base a datos aportados por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se espera un aumento de la temperatura media anual del orden de los 0,5° para la década 2020-2029 . También hubo y habrá cambios en lluvias, vientos, y nivel del mar. Con respecto a las lluvias, se produjo un aumento del 20% durante los últimos cincuenta años aproximadamente. Pasaron a predominar las sudestadas sobre el viento del sudoeste. Esto aceleró el aumento del nivel del Río de la Plata.








“En el futuro, el riesgo de mayores inundaciones será mayor . Porque se sabe que el nivel del mar crecerá. Entonces, el área costera que está por debajo de la cota de 5 metros sobre el nivel del mar podría verse inundada, como así también algunas zonas cercanas a arroyos y ríos”, afirmó el doctor en meteorología.








Esos cambios traerían aparejados inundaciones y contribuirían al avance de enfermedades , como dengue, fiebre amarilla y leptospirosis. “Las zonas de las ciudad, como las villas de emergencias, en las que se acumulan residuos con agua, son áreas más vulnerables que pueden favorecer las enfermedades de áreas tropicales”. De hecho, la ciudad de Buenos Aires ya tuvo casos autóctonos de dengue durante la epidemia nacional de 2009.








A todos los cambios observados, Canziani le suma la contaminación de la atmósfera de la ciudad por las emisiones de automóviles e industrias . “En la ciudad hay leyes para controlar las emisiones pero no se cumplen. Ahora, la ciudad tendrá 25 estaciones meteorológicas, que además de medir la temperatura, también monitorearán las emisiones de dióxido de carbono. Si las medimos, vamos a poder poner en vigencia a las leyes”.








El experto aclaró que espera que la “tropicalización” de Buenos Aires (que antes tenía un clima templado) se enfrente en serio. “Hay que mitigar las emisiones de gases contaminantes, y hay que adaptar a la ciudad a las altas temperaturas . Esto implicará un cambio de actitud de todos. Por eso, es importante la divulgación de las medidas para que la gente cambie sus hábitos de vida en el contexto de un clima diferente”.






>>Con meteorólogos propios, el Gobierno anticipa lluvias para paliar inundaciones


Hace una semana, una lluvia torrencial en La Plata embarró la llegada de varios funcionarios al cumpleaños de un famoso consultor político. No fue el caso de Diego Santilli, ministro de Espacio Público porteño, que entre música y champagne se vanaglorió ante los que sí pudieron llegar de ser un experto en predecir el clima.

No sólo eso: el más peronista de los PRO dice ser consultado con asiduidad por varios intendentes del Conurbano para saber qué tormentas golpearán a la zona metropolitina: Santilli se jacta de tener su propio equipo de meteorólogos, varios radares y un sistema de imágenes satelitales que le permiten saber antes que nadie la intensidad de las precipitaciones. “A los botes”, suele repetirle a los intendentes, para alertarlos cuando caerá más agua de la que pueden desagotar sus sistemas pluviales.

“Así como anticipé la últimas tormentas, puedo saber 15 días antes cuándo va a llover fuerte en la Ciudad y así estar mejor preparado”, reconoce el ministro, y anuncia que entre el 15 y el 28 de enero habrá un temporal con riesgo de inundaciones.
Desde hace unas semanas, según confirman desde su cartera, comenzaron a intensificar el mantenimiento y la limpieza de unos 2 mil sumideros en zonas críticas –hay 29 mil en total– para que las hojas de los árboles, las botellas de plástico y otros residuos que los obstruyen no potencien las posibilidades de inundaciones. Además, prepararon cuadrillas especiales y equipos de desagote.
Los meteorólogos de Espacio Público analizan el comportamiento de la atmósfera gracias a mapas satelitales, cálculos estadísticos y modelos numéricos meteorológicos. Una vez que recopilan los datos, y sobre todo cuando se avecina la precipitación, contrastan la información con los radares del Servicio Meteorológico Nacional en Ezeiza, para conocer la intensidad de la lluvia y calcular el riesgo con mayor exactiutud, dicen.



Además, hace unos meses se terminaron las obras para conectar los lagos de los bosques de Palermo y el del Planetario, que también funcionan como un sistema contra inundaciones. Unos días antes del 15 de enero, el Gobierno bajará unos 30 centímetros el nivel del agua de ambos lagos artificiales para que funcionen como alcantarillas gigantes para los sumideros de la zona. “A partir de que comenzamos a saber con precisión cuándo va a llover pudimos empezar a alterar el volumen del lago Regatas (bosques de Palermo) y del Planetario para mitigar los efectos de la tormenta”, confirma Santilli.
Con sólo reducir medio metro el nivel del agua, se genera un “colchón” que soporta 22 millones de litros, suficientes para aguantar el colapso del sistema pluvial durante 25 minutos, que para los expertos porteños es tiempo suficiente para prevenir un desastre.



>>Un centenar de heridos por un fuerte temporal de granizo

El intenso temporal que golpeó ayer a zonas de Córdoba provocó que un centenar de habitantes de la localidad de Alpa Corral sufriera heridas leves como consecuencia de una intensa granizada, mientras que una decena de pobladores de una comuna cercana tuvo que ser evacuada a raíz de las inundaciones.

En Alpa Corral, a 190 kilómetros de la capital provincial, pasadas las 18 del domingo y durante unos 20 minutos, cayeron “en seco” piedras “del tamaño de pelotas de tenis”, señaló la intendenta María Nélida Ortiz. Como consecuencia del feroz “cascoteo” más de 100 personas tuvieron que ser atendidas en el centro de salud local.

Algunas llegaron con cortes y tuvieron que realizarle suturas en la cabeza, pero también pasó “gente noqueada por las piedras”, graficó Ortiz. “Convocamos al médico, enfermeras que estaban de franco. Dentro de todo nos defendimos muy bien a pesar de ser un pueblo chico", afirmó. A los heridos, se le sumaron los destrozos en “infinidades de parabrisas, farolas de alumbrado público, los vidrios de la Municipalidad, carteles" enumeró la intendenta.

Ortiz calificó el fenómeno meteorológico como "algo impresionante" y dijo que "los árboles quedaron pelados" como consecuencia del granizo. En tanto, en la pequeña localidad de Las Bajadas, a 86 kilómetros de la ciudad de Córdoba, hubo "11 evacuados" a causa de las fuertes lluvias, informó el ministro de Desarrollo Social provincial, Daniel Passerini. "Ya hay gente del Ministerio que está trabajando y la situación está controlada", afirmó el funcionario, a la vez que aseguró que Alpa Corral también recibirá asistencia de la provincia.


>>Crearon el primer mapa de rayos de la Argentina

Conocer dónde caen los rayos “tiene importancia estratégica para el país, por razones de seguridad”, observa el doctor Eduardo Quel, gerente científico del Citedef. Importa en función de la aviación, las construcciones civiles, los gasoductos, los radares, las antenas, las instalaciones eléctricas y líneas de alta tensión. “Las empresas de protecció ...n sobreestiman los costos, cuando los rayos tendrían que tomarse como un parámetro meteorológico”, sostiene Gabriela Nicora, geofísica, investigadora del Conicet en el Citedef, el centro de investigaciones científicas y técnicas del Ministerio de Defensa.

La geofísica comenzó a relevar datos a través de antenas instaladas en Trelew, Córdoba y Comodoro Rivadavia; en breve habrá una cuarta en la Capital. En la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba se hallan sus tutores de tesis doctoral, los investigadores del Conicet Rodrigo Bürgesser y Edgardo Ávila, que forman el único grupo del país abocado al estudio de nubes, ya que es en las nubes altas donde suelen producirse los rayos.

Las antenas los detectan por ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia. Las tres están integradas a la red World Wide Lightning Location Network (WWLLN).

A partir de estas herramientas, la científica confeccionó un mapa general y cuatro estacionales, que revelaron que la mayor cantidad de tormentas eléctricas ocurre en zonas continentales – en el mar son excepcionales –, y en los trópicos, sobre todo en verano, algo menos en otoño, y muy poco en invierno. Son los cielos del noroeste y de la Mesopotamia los que más se iluminan (entre 90 y 110 días de tormentas eléctricas al año), seguidos en menor medida por Córdoba y San Luis (70 días al año). En Buenos Aires son 65 días al año.

Ahora, Nicora quiere mejorar los mapas a una escala menor, para poder relacionarlos con las muertes por electrificación por rayo.



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Cambio climático: la Costa Atlántica, en zona de riesgo

Buena parte de las costas argentinas sufre un proceso de erosión. Contra esa fragilidad natural impactan los efectos del cambio climático, que ya se están registrando. A eso se suma la acción humana, es decir, el mal manejo costero en algunos lugares.






“Una combinación explosiva” , advierte el doctor Jorge Codignotto, investigador principal del Conicet y director del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).


“Hace unos años, los meteorólogos descubrieron que el anticiclón semipermanente del Atlántico Sur se desplazó ligeramente hacia el sur. Las consecuencias para el Río de la Plata y costas bonaerenses son que hay un poco más de viento del este, un poco más intenso y un poco más frecuente”, da cuenta el doctor Walter Dragani, investigador independiente del Conicet y del Ministerio de Defensa en el Servicio de Hidrografía Naval.



“Esto trajo un leve impacto en el oleaje en los últimos años, un incremento de unos pocos centímetros en la altura de las olas, más notorio mar adentro que en la costa; y también mayor cantidad de oleaje desde el este –continúa el oceanógrafo–. Creemos que esto tendrá un leve efecto erosivo sobre la costa”.




A este impacto local se agrega el calentamiento global, que a nivel planetario provoca un incremento en el nivel del mar estimado en 3,8 milímetros por año. Para el año 2100, los expertos del Panel Intergubernamental Sobre Cambio Climático (IPCC) calculan un aumento de 60 centímetros.




Codignotto apunta el efecto dominó que esto acarrearía: “incremento de la frecuencia y la intensidad de las tormentas en áreas costeras, cambios en las corrientes cercanas a la costa y en la energía de las olas”.




El aumento del nivel del mar implica un riesgo mayor cuando ocurre en costas bajas, como los 120 kilómetros de la bahía de Samborombón, que en promedio están a menos de 1 metro sobre el nivel del mar. Son por lo tanto inundables cuando hay sudestada o tormenta –como sucede en General Lavalle–, con la posibilidad de destrucción en zonas urbanizadas.




Por otra parte, de los aproximadamente 5.300 kilómetros de costa argentina, más de 4.000 sufren un proceso erosivo natural . En el sur de la Patagonia, por ejemplo, la costa ha retrocedido hasta 10 kilómetros en los últimos 7.500 años.




En ese contexto, Dragani subraya que muchos geólogos especializados en costas investigan “solamente los efectos antropogénicos, que son mucho más fuertes”. Y enumera “puntos locales que merecen una atención mayor: Mar del Tuyú, Las Toninas, Villa Gesell ; balnearios que se cayeron, casas que se derrumbaron. Se debe a loteos inadecuados en la década del ’50, cuando no había conciencia ni se conocía bien los mecanismos físicos que guiaban el transporte de arena”.




“En Mar del Tuyú se llegó a lotear casi en el mar, lo que genera fenómenos físicos que incrementan la erosión”, observa Codignotto.




El puerto de Mar del Plata , necesario por razones económicas y sociales, tiene su contracara: las dos escolleras, en especial la del sur, atajan la arena y “vacían” las playas del norte. “Esa es la arena que no llega a Santa Clara del Mar ni a Villa Gesell”, explica el científico.




Codignotto pone otro ejemplo: unos 30 kilómetros de la ruta 3, al norte de Caleta Olivia. La traza no sólo se hizo demasiado cerca de la costa, sino que además se extrajo gran cantidad de canto rodado, para utilizarlo en la construcción. Eso facilitó la erosión, y el pavimento se vino abajo, por lo que hubo que volver a hacer la ruta.




Se necesitan más estudios para no perder dinero –reclama Codignotto–. No se puede proteger las costas, ‘defender’ cientos de kilómetros; sí se puede no generar sectores de erosión. Pero hasta ahora no lo hicieron los especialistas, sino los rematadores y los intendentes, decidiendo sobre los fenómenos naturales”.




Frente a este diagnóstico, los expertos plantean soluciones. “Con una buena conciencia ambiental y un buen manejo costero, podemos estar mejor de lo que estamos, a pesar del cambio climático –augura Dragani–: una buena urbanización en los loteos nuevos; evitar las calles transversales, que funcionan como desagües pluviales; nada de cemento en las playas. Respetar el médano costero, porque es parte de la playa; si lo forestamos mucho, la arena pierde la capacidad de ir y venir. Y empezar a urbanizar desde el médano hacia adentro de la costa”.



>>Temporal en la ciudad y otras 6 provincias (Noviembre 2011)







Un fuerte temporal azotó durante la madrugada la Capital Federal, Buenos Aires y las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza y San Luis. Las ráfagas de viento y la lluvia causaron múltiples destrozos: gran cantidad de árboles caídos, cortes de luz, voladuras de techos y hasta autos aplastados.






En la Ciudad y en el Gran Buenos Aires, la tormenta se sintió con fuerza, pero no causó heridos ni daños mayores. Hubo numerosos árboles caídos y en la localidad de Lomas de Zamora, el intenso viento provocó la voladura del techo del Instituto Quintana, un colegio en donde hoy no habrá clases porque en esa manzana además se cortaron los cables de alta tensión y se quedaron sin luz.






"Estamos llamando a Defensa Civil y a los bomberos" explicó el dueño del establecimiento, Miguel Especiante, quien se lamentó porque el techo de chapa que se voló lo habían cambiado hace un año "con mucho sacrificio". También en otros barrios de las localidades de José Mármol y Adrogué, en la zona sur, había manzanas sin energía eléctrica.






En Colegiales, en tanto, un árbol cayó sobre un auto que estaba estacionado en la esquina de Freire y Palpa. Lar grandes ramas quedaron cruzadas en medio de la calle, por lo que el tránsito en el lugar se encuentra bloqueado.






La peor parte del temporal se la llevó Mendoza. Allí, un viento Zonda de inusual intensidad provocó la muerte de una persona: un motociclista al que le cayó encima un árbol mientras circulaba por la calle. También en se registaron numerosas caídas de árboles, cortes de luz y voladuras de techos.






Otra de las zonas más afectadas fue la ciudad de Rosario, donde una veintena de personas resultaron con heridas leves como consecuencia de la caída de nueve carpas que se habían instalado en el Parque Nacional a la Bandera por el 27° Encuentro y Fiesta de las Colectividades.







Desde las primeras horas de esta mañana cuadrillas municipales y de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) trabajaban en distintos barrios de la zona sur, oeste y norte de la ciudad. El viento alcanzó por escasos minutos los 90 kilómetros por hora y produjo la caída de una treintena de árboles y del tendido de cables del servicio telefónico.







El director de Defensa Civil de la municipalidad de Rosario, Raúl Reinone, señaló que "debido al alerta meteorológico y a las medidas preventivas que adoptaron los organizadores del encuentro, prácticamente no había quedado gente en el predio" cuando se produjo el temporal. Indicó que "los únicos que estaban era el personal de trabajaba en las carpas de las distintas colectividades y fueron asistidos por médicos del Servicio de Emergencia Sanitaria (Sies)".




>>Inundaciones y estragos en Pehuajo por la caida de 227 milimetros de lluvia en 24 horas (8-11-2011)

Pasadas las 22 horas amainaron las precipitaciones pluviales, que superaron los 200 milímetros y ocasionaron inconvenientes de toda índole en la planta urbana, zonas suburbanas, rurales y localidades del distrito, como así también en los distritos vecinos.


El fenómeno meteorológico inundó prácticamente toda la ciudad y movilizó los servicios de emergencia y defensa civil para asistir a numerosos vecinos que se vieron afectados.


El suministro eléctrico se interrumpió por espacio de tres horas, afectando varias zonas céntricas y barrios pehuajenses. Hubo inconvenientes en el tránsito por el anegamiento total de las calles, registrándose algunas caídas de árboles, desplazamiento de cables, saturación de desagües, etc.


Personal municipal y de bomberos, conjuntamente con operarios de la Cooperativa Eléctrica trabajaron intensamente para ir superando los problemas surgidos, los cuales podrán subsanarse en las próximas horas si no se producen nuevas precipitaciones.


Al mismo tiempo, se podrán evaluar los perjuicios ocasionados que son de importancia e incluso en la zona rural donde se estimaba esta noche notoria incidencia en los sembrados.





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La demanda de meteorólogos creció, pero hay una sola carrera


La UBA es la única universiad en todo el país que forma meteorólogos a través de una licenciatura y un bachillerato universitario en Ciencias de la Atmósfera. En promedio, egresan de la primera seis alumnos por año y del segundo, tres.

Sin embargo, la demanda de profesionales de este rubro está en pleno crecimiento y proviene de varios sectores. Todo aeropuerto, por ejemplo, tiene que contar con un experto en Meteorología. Además, cambio climático mediante, la importancia de las evaluaciones meteorológicas en los emprendimientos económicos más diversos se hizo cada vez más evidente.

Pero el factor clave para entender por qué los meteorólogos se volvieron un bien escaso es la reapertura de vacantes de trabajo en el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Durante 40 años (y hasta 2006), el organismo estuvo intervenido por la Fuerza Aérea. En consecuencia, el personal civil casi desapareció. “Hubo un cierre del ingreso y el personal en Ciencias Meteorológicas fue reemplazado por suboficiales con escasísima formación”, dice Celeste Saulo, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. “Nuestra carrera acompañó ese parate y generó los graduados que el sistema científico pudo absorber”, detalla.

Con el cambio de manos, las cosas cambiaron y, hace dos años, las autoridades del SMN estimaron que a muy corto plazo necesitarían 25 bachilleres y 6 licenciados en Ciencias de la Atmósfera. Sin embargo, los números del ingreso a las carreras de Exactas no podían responder a esa demanda. “En 2008 y en marzo de 2010 no tuvimos ningún ingresante al bachillerato. En 2009, sólo 5”, relata Saulo.

Por esa razón, el año pasado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y el SMN firmaron un convenio para desarrollar un programa de becas para el Bachillerato Universitario en Ciencias de la Atmósfera. Las becas consisten en un estipendio de $3.000 para becarios del interior y de $1.800 para quienes viven a menos de 50 kilómetros.

La primera cohorte se lanzó en julio de 2010 y logró reunir a 14 ingresantes. La segunda comenzó en febrero pasado y cuenta con 11 estudiantes. “Es una revolución”, sintetiza Saulo ante el crecimiento exponencial de los alumnos. “El año que viene se va a relanzar el programa de becas”, asegura la académica, aunque todavía no hay precisiones sobre la convocatoria.

El bachiller universitario tiene un perfil más profesional que el licenciado y en este momento su salida laboral está garantizada. El perfil del licenciado está pensado para quien quiera iniciarse en la investigación, la consultoría o la docencia universitaria. “Hay más tópicos en su formación”, señala Saulo.




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Se hizo de noche al mediodía y granizó en Capital y GBA (agosto 2011)

Y de repente, la noche en pleno mediodía. Alrededor de las 12.30 de ayer el cielo de la Ciudad se cubrió por completo en un fenómeno poco habitual . Llovía en toda el área metropolitana y era la segunda vez en el día que caía granizo. La primera, había sido alrededor de las 10 de la mañana, aunque algunos barrios no fueron afectados y el foco principal fue en el Sur, tanto de Capital como del GBA. Pero las piedras no superaron los cinco centímetros y salvo algunas excepciones, no se registraron grandes daños . En la Ciudad cayeron unos 15 árboles, hubo algunas calles anegadas sobre todo en el conurbano y en Floresta se derrumbó un edificio en construcción.





Los chaparrones comenzaron alrededor de las 7 y el Servicio Meteorológico Nacional emitió la primera alerta por granizo a las 7.36, para el Noreste de la provincia de Buenos Aires y la zona del Río de la Plata. Hubo algunas esquinas inundadas en el Centro porteño y en localidades del Sur y del Oeste, como Ramos Mejía, Avellaneda, Lomas de Zamora, Ituzaingó y La Plata. Lanús estuvo entre las más afectadas: el agua desbordó las arterias céntricas, ingresó a algunos comercios y se registraron cortes en el suministro eléctrico. La luz también se cortó en Paso del Rey, Moreno, donde los semáforos de la ruta 7 dejaron de funcionar y algunos jardines de infantes suspendieron las clases.


Los precavidos habían buscado refugio para estacionar sus autos desde temprano. Pasado el mediodía, los mensajes de alerta poblaron las redes sociales y hubo corridas de los que intentaban salvarse de la visita al chapista.

Entre los que no tuvieron suerte aparecen varios jugadores e integrantes del cuerpo técnico de Independiente, que se preparaban para empezar la práctica matutina en Villa Domínico. El Turco Mohamed suspendió el entrenamiento mientras se lamentaba por los impactos que recibió en el capot su camioneta BMW negra.

“Los barrios más afectados fueron los del Sur, donde se registraron casi 30 mm de lluvia durante la mañana y las primeras horas de la tarde. Se cayeron unos 15 árboles, algunos carteles y hubo esquinas con anegamientos momentáneos”, detalló Daniel Russo, director de Defensa Civil de la Ciudad. En la Escuela N° 3, de Montes de Oca al 400 (Barracas), el granizo hizo acumular agua en las canaletas, que desbordaron y se cayó parte del cielorraso de cuatro aulas que estaban vacías porque los chicos del turno mañana ya se habían retirado.

Desde el SMN explicaron que el fenómeno se produjo “por la llegada de un frente de aire frío luego de una jornada donde prevaleció una masa de aire templado y húmedo”. En la Capital se registró un promedio de 13 mm de agua, que trepó a 55 mm en la zona de Ezeiza.

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Pánico y desesperación con la caída de las primeras piedras

El granizo ayer fue una amenaza omnipresente. Desde temprano, en los noticieros alertaban con títulos catástrofe: “Graniza en Haedo”, “Graniza en Ciudad Evita”. Asustados por un cielo cargado de lluvia y hielo, muchos automovilistas buscaron refugio . Algunos de los que circulaban por las autopistas se detenían debajo de los puentes , sin importarles el riesgo de que los vehículos que venían detrás los pudieran atropellar. Y unos cuantos de los que iban por la avenida 9 de Julio subieron sus autos a plazoletas y veredas para protegerse en los bajo autopistas. La visibilidad era casi nula.

















Pasadas las 8, el cielo se oscureció. Para entonces ya llovía, en algunas localidades con bastante fuerza, como en las del Sur del GBA. “Llevé a mi hija de siete años al colegio pero tuvimos que volver, porque estaba inundado –contó Bettina, vecina de Lanús–. Cuando llegamos a casa, se largó el granizo y mi nena se divirtió juntando piedras de unos dos centímetros. Las guardamos en el freezer”.














Los más preocupados eran los taxistas. “¡Eso es granizo!”, entró en pánico uno, cuando llevaba a Vanina González a la facultad, en Recoleta y sintió los primeros golpes sobre la chapa de su auto. “¿Te lo cubre el seguro?”, se solidarizó su pasajera. “No sé”, respondió el chofer, que ante la duda pretendió hacerla bajar dos cuadras antes de su destino, en Paraguay y Uruguay. “Le insistí en que siguiera y, aunque no muy contento, lo hizo –contó ella–. Yo lo consolé diciéndole que el granizo era chiquito. Después de dejarme, fue a esconder el auto bajo un árbol”.














Otro taxista aprovechó el mal tiempo para una siesta . “A la mañana hacía calor y en cuanto vi que el cielo se ponía cada vez más negro supe que iba a caer granizo –relató Eduardo Lopez–. Dejé a un pasajero y me fui a la estación de servicio de Lima y Humberto Primo a dormir. Eran las 9.30 y me quedé hasta las 15. El seguro no me cubre el granizo, así que prefiero parar y perder varias horas de trabajo antes que arriesgarme a terminar con el auto roto”.














Cerca de las 12.30, se hizo de noche en pleno día. Las células fotoeléctricas activaron el alumbrado público de las calles, que se encendieron. En Quilmes, Graciela Otero volvía de buscar a sus hijos de 4 y 6 años del colegio. “Llegué a meter el auto en la cochera y, un segundo después, sentimos el granizo. Era un bombardeo”. En la zona oeste, el estacionamiento del Easy de Ituzaingó se llenó en instantes de automovilistas que buscaron cobijo bajo las media sombras .














Mientras, en Barracas, en Perdriel y Río Cuarto los trabajadores de una fábrica salieron corriendo a cubrir sus autos con cartón. Y hasta un hombre cubrió al suyo con una colchoneta.














A Leonardo, de Parque Patricios, el granizo más fuerte lo alcanzó en Jujuy y Caseros, mientras llevaba a sus hijas de 5 y 6 a la casa del abuelo, en Barracas. “Cuando se puso todo negro pensé que se estaba por terminar el mundo –contó–. Llegué a la avenida Vélez Sarsfield y empezó a llover fuerte: la gente te encerraba con los autos para tirarlos debajo de los árboles . El ruido de las piedras sobre el coche era como si te estuvieran ametrallando. No se veían los semáforos. Mi nena más chica se puso a llorar y temblaba. Me pareció peligroso parar donde estaba, así que seguí hasta Barracas. De milagro, mi auto quedó intacto”.



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La ola polar no afloja y provocó nevadas en sitios inusuales (agosto 2011)











El frío polar no cede. La ola de aire helado -que se instaló el sábado en el país- sigue provocando temperaturas bajo cero a lo largo y ancho del territorio nacional. La marca más baja se registró en Malargüe, Mendoza, donde el termómetro descendió hasta los 14 grados bajo cero. En Córdoba hubo intensas nevadas, mientras que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires se registraron heladas.




















Los mendocinos tuvieron hoy un cruento despertar. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que la temperatura en la localidad de Malargüe llegó a los 14,6 grados bajo cero. Y la sensación térmica fue aún más extrema: -16,2 grados.




















Otra de las provincias castigadas por el frío polar –que en rigor afectó a todo el país- fue Buenos Aires: en Olavarría hubo una marca de -5,2 grados, en Dolores de -4 grados, en Azul y Pehuajó de -2,5 grados y en Tandil -2,4.




















Tampoco los marplatenses pudieron escaparle a los números negativos. En “La Feliz”, la temperatura fue de -1,6 grados, mientras que la sensación térmica llegó a los -5,5.




















Otras provincias donde se registraron temperaturas bajo cero fueron San Juan, Neuquén, San Luis, La Rioja, La Pampa, Tierra del Fuego, Jujuy, Salta, Tucumán, Chubut, Santa Cruz y Córdoba, donde hubo intensas nevadas.




















Localidades y ciudades del noroeste santafesino, por su parte, registraron esta madrugada nevadas y en otras la caída de aguanieve, informaron fuentes policiales.










El fenómeno meteorológico ocurrió en las ciudades San Jorge, Rafaela y Esperanza, y en las localidades de Las Petacas, Santa Clara, San Vicente, Sastre, Clucellas, Aldao, Lehmann, Landeta y Suardi. A raíz del clima, establecimientos educativos de zonas rurales flexibilizaron el horario de ingreso de los alumnos.











En Córdoba se registraron nevadas intensas desde anoche en Sierras Chicas y Sierras Grandes, donde hubo cortes de rutas a raíz del fenómeno, y ciudades del norte y este de la provincia.




















El fenómeno se produjo en Traslasierra y en el valle de Calamuchita, como también en la denominada Pampa Gringa, este de Córdoba, donde desde la madrugada hubo precipitaciones níveas, algo inusual en la zona.




















El comisario de la Policía Caminera, Mario Tornavaca, informó en declaraciones a la prensa que "anoche, entre las 22.30 y las 23, se produjo unnuevo corte en el Camino del Cuadrado por la escarcha en calzada" y sostuvo que "el camino de las Altas Cumbres está transitable, pero con máxima precaución".




















El fenómeno meteorológico también se produjo en La Cumbre, La Falda, Villa Giardino, Huerta Grande, Ascochinga y Carlos Paz, mientras en el este se registró en Las Varillas, Tránsito, Arroyito y El Tío.




















Desde anoche nevó en las Sierras Chicas y Sierras Grandes de Córdoba, además de en distintas ciudades y poblaciones del norte, noreste y este provincial. Este fenómeno climático se repitió en la región de Traslasierra y en el valle de Calamuchita.











Por su parte, en la Capital Federal y el conurbano bonaerense se registraron neblinas y heladas por la mañana. En las áreas suburbanas del GBA la temperatura mínima fue de -2 grados. En tanto que en la Ciudad hubo marcas mínimas de 2 grados.

>>Cordoba y Santa Fe amanecieron cubiertas de nieve (agosto 2011)

Una importante porción de la provincia de Córdoba y el oeste de la provincia de Santa Fe registraron hoy nevadas, en el marco de la intensa ola de frío que cubre a casi todo el país y que provocó temperaturas bajo cero en buena parte del territorio nacional.


La nota llamativa del fenómeno se dio en las planicies del este cordobés y en algunos sitios del cercano oeste santafesino, donde también cayó nieve, en muchos casos, como un hecho casi por completo infrecuente.


La nieve llegó a esa zona conocida como "La Pampa Gringa", a la región de las Sierras Grandes y las Sierras Chicas, y en el sur, hasta la ciudad de Río Cuarto, desde las primeras horas de la noche de ayer, tras una jornada con marcas térmicas "polares".


En Las Varillas, en el este cordobés, la nevada era hasta la mañana de este lunes muy intensa y se convirtió en todo un acontecimiento festivo para la población.


"En Las Varillas nevó en las décadas del 50 y el 70, y ahora. Es muy inusual. Es raro que ocurra en el llano cordobés. Es precioso, como si estuviéramos en Bariloche. Todas las familias salieron a corretear durante la madrugada", dijo a un medio zonal el intendente local, Juan Pablo Rubinsky.


La nieve llegó también por la mañana a varias zonas del oeste santafesino como las localidades de San Vicente y San Jorge, además del departamento de Castellanos, lugares en los cuales también el fenómeno es muy raro.



>>Nieve en la provincia de Santa Fe (agosto 2011)

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Vecinos de algunas localidades de la provincia de Santa Fe hoy se despertaron con un paisaje muy poco común. En las localidades de Landeta, Piamonte, San Jorge, San Vicente, Sa Pereyra, Rafaela, Vila, Pilar, San Martín de las Escobas, María Juana, Santa Clara de Saguier, Clucellas, etc.


En la localidad de Las Varillas, provincia de Córdoba, también cayó con agua nieve. Un periodista de San Vicente, en diálogo con una radio rosarina, dijo: ‘Es la primera vez que sucede algo así, con estas características. Hace cincuenta años se originó algo parecido pero no con tanta intensidad como sucedió en el día de hoy. Desde las 7 de la mañana cae la gota condensada‘.


‘La ciudad está blanca. La gente está con los chicos sacándose fotos‘, señaló en declaraciones radiales el intendente de Las Varillas, Juan Pablo Rujinsky.


Por otro lado en las sierras de Córdoba, al cabo de una jornada muy fría, desde las 20 del domingo, comenzó a nevar en toda la zona de las Sierras Chicas. La Cumbre, La Falda, Villa Giardino, Huerta Grande, Ascochinga y hasta Carlos Paz, también fueron escenarios de la nevada. En el norte hacia el oeste también hubo nevadas. Ayer por la mañana nevó en las Altas Cumbres, en la zona de Valle Hermoso y en el Camino de El Cuadrado.


Además se registraron nevadas en Arroyito y El Tío, en el este provincial. El frío seguirá azotando a los cordobeses y lo continuará haciendo esta semana ya que se prevén hasta temperaturas bajo cero.



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Para el Servicio Meteorológico fue un fenómeno extremo











Los fenómenos "extremos" de clima se producen cada vez más seguido. Así lo estiman los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional. Se trata de una tormenta intensa inesperada, con ráfagas de viento que asolaron ayer la región metropolitana. El movimiento de aire fue medido en unos 75 km/h en sus picos de mayor intensidad en la ciudad de Buenos Aires. Eso fue registrado en los equipos de observación instalados en Villa Ortúzar y en el aeroparque metropolitano.




















"Las ráfagas fueron muy intensas, una circunstancia que no es habitual", explicó a La Nacion el director del Servicio Meteorológico Nacional, Héctor Ciappesoni.




















Esa fue la característica más importante del fenómeno meteorológico que afectó ayer por la tarde la región metropolitana. Los daños y heridos fueron ocasionados por esas fuertes ráfagas de viento, que se sintieron incluso con más fuerza en el conurbano bonaerense.




















En la estación meteorológica de Ezeiza se reportaron ráfagas de 82 km/h en dirección oeste. En El Palomar el Servicio Meteorológico midió una velocidad del aire que pasó los 100 km/h.




















"Otra particularidad de lo observado fue la extensión del fenómeno, que tuvo condiciones similares a la región metropolitana en Santa Fe y Entre Ríos. Incluso, en Santiago del Estero fueron medidas ráfagas muy intensas sin precipitaciones", indicó Ciappesoni.




















En Mendoza, la velocidad del viento alimentó varios focos de incendios en zonas de cultivos.




















Los daños ocurridos ayer no deberían repetirse en los próximos días. "Este fenómeno extremo pasó, ahora para las próximas horas sólo hay que esperar un descenso de temperatura", dijo el titular del Servicio Meteorológico Nacional.




















Una corriente de aire frío desplazó el aire caliente que predominaba sobre la ciudad y formó las condiciones para la tormenta. Sin embargo, para Ciappesoni resultó sorpresiva la intensidad del fenómeno, más propia de una precipitación de verano que de invierno.











El granizo de 2006











Aunque existe un antecedente bastante cercano sobre fenómenos climáticos extremos en este momento del calendario. Habrá que recordar la sucedido en 2006, cuando el granizo provocó destrozos como nunca antes. Esas piedras que abollaron miles de automóviles cayeron el 26 de julio de ese año.




















Estas ráfagas de viento, de las que casi no hay antecedentes en la ciudad, aparecieron horas antes del quinto aniversario del recordado granizo.




















Justo a partir de ese día empezó a prestarse más atención popular a los avisos de caída de piedras. El fenómeno no reiteró ayer la dimensión sufrida hace cinco años, pero en algunas zonas, en especial en La Plata, cayó granizo, en forma leve.




















"Las tormentas intensas son normales, pero ayer se dio una combinación de todos los fenómenos a la vez, precipitación intensa, ráfagas fuertes y granizo, esa situación volvió especial lo ocurrido", dijo Ciappesoni.




















El agua acumulada no fue, en cambio, algo anormal, ya que cayeron 18 mm, mientras que la ciudad entra en riesgo de inundación cuando la marca supera los 40 mm en una hora. Por eso, más que la lluvia, el evento de clima más llamativo de la jornada fueron esas ráfagas de más de 75 km/h, que no se registran de manera habitual en la región metropolitana.




















Para los especialistas en climatología, estos fenómenos extremos se producen cada vez en forma más repetida por la interacción de la mayor energía liberada en la metrópolis con un medio ambiente que también tiene sus procesos de cambios.




















Por ahora, a partir de la coincidencia temporal, en el Servicio Meteorológico empezarán a analizar en mayor detalle las similitudes entre el fenómeno de ayer y el granizo de 2006.




















75 km/h
Inesperada velocidad del aire











El Servicio Meteorológico Nacional midió inesperadas ráfagas de viento en la ciudad; pasaron los 100 km/h en El Palomar.




















18 mm
Una precipitación baja











La ciudad no corrió riesgo de inundaciones, ya que la lluvia no se acercó al límite peligroso de 40 mm en una hora.




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Dejó un muerto el fuerte temporal

U
n muerto en City Bell; alrededor de 15 personas con heridas de distinta consideración en la Capital; decenas de árboles caídos; 50 cruces de semáforos fuera de servicio; líneas de trenes y subte interrumpidas; cortes de luz; tinglados, portones y carteles publicitarios derrumbados por el viento, y algunos anegamientos se registraron ayer durante el peor momento del intenso temporal que castigó al área metropolitana.




















El episodio más dramático fue la muerte de un remisero en City Bell, en la afueras de La Plata, que falleció dentro de su Chevrolet Corsa cuando la rama de un árbol se desprendió e impactó sobre la carrocería, en 485, entre 29 y 30, según consignó la agencia de noticias DyN.




















En el Gran Buenos Aires, la tormenta incluyó la caída de granizo en Moreno, Pilar, Ituzaingó, Tigre, Banfield, Hurlingham, San Martín, San Fernando y Quilmes.




















En la ciudad, la mayor cantidad de incidentes ocurrieron entre las 18 -cuando el cielo se tornó de un gris profundo- y las 19, y estuvieron concentrados en un sector de Flores, Parque Chacabuco y Floresta. Desde temprano, el Servicio Meteorológico Nacional había emitido una alerta por lluvias y tormentas fuertes.




















En la mencionada zona de la Capital, cayó un tinglado de una estación de servicio situada en Bonorino y Eva Perón, y aplastó dos vehículos. Uno de los choferes fue internado en el hospital Piñero y, al cierre de esta edición, estaba fuera de peligro, según informaron fuentes del Ministerio de Salud porteño.




















En el Piñero, también fue atendido uno de los dos adultos lesionados como consecuencia del derrumbe de un portón en Zañartú al 800, según los voceros. Uno de ellos, según fuentes de la Subsecretaría de Emergencias, sufrió traumatismo de cráneo y el otro, de tórax.




















Otro de los heridos, de 21 años, fue atendido en el hospital Alvarez, con fractura de húmero, como consecuencia de la caída de un árbol en la plaza Vélez Sarsfield.




















Hubo decenas de episodios de árboles y ramas caídas en distintos rincones porteños, arrancados por la potencia de las ráfagas, que alcanzaron en la Capital hasta 70 km/h, según el Servicio Meteorológico Nacional.




















Una de las afectadas fue Estela Mari Carrino, que vio caer el árbol de la puerta de su vivienda, en el 2340 de Primera Junta. "Yo reclamé hace unos años que vinieran a cortar el árbol, porque estaba todo hueco y era un peligro. Cortaron las pequeñas ramas y dijeron que eso era suficiente", explicó.




















En total, siete pacientes fueron asistidos en el hospital Alvarez, otros seis en el hospital Penna por politraumatismos varios y lesiones cortantes (provocadas por elementos que volaron durante el temporal), y dos en el Piñero. Según fuentes oficiales, todos estaban fuera de peligro al cierre de esta edición.




















Otro hecho conmocionante ocurrió en el depósito judicial de autos de la comisaría 38a. de Flores, cuando un contenedor desprendido de un camión que circulaba por la autopista 25 de Mayo cayó desde la autovía a la altura de Rivera Indarte.




















Sobre la autopista, también hubo trastornos como consecuencia del derrumbe sobre la cinta asfáltica desde un edificio lindero de un cartel publicitario, que interrumpió el tránsito en sentido a provincia, a la altura de la calle Varela.




















Irma Ferrufino, que trabaja en un locutorio en Varela y Primera Junta, dijo a LA NACION: "Oí una explosión cuando cayó el cartel. Decidimos bajar la cortina porque había como un torbellino de viento".




















Además, sobre la autopista Dellepiane, a la altura de Miralla, hubo inconvenientes por la caída de un árbol. Los tres incidentes fueron confirmados a LA NACION por voceros de la empresa AUSA, que explota la red de autopistas porteñas.




















En cambio, voceros de distintas dependencias del gobierno porteño desmintieron una versión que circuló acerca de las existencia de niños gravemente heridos.




















Adriana Quinteros, vecina de la calle Bonorino, relató que voló el techo de la habitación que alquila en la terraza de la casa. "Me acababa de bañar y, de repente, se puso todo negro. Entonces, me encerré en el cuarto. Empezó a temblar todo y a moverse el techo; miré para arriba y la chapa voló", describió.




















Los trastornos afectaron igualmente a las líneas de trenes, pues sobre las vías se derrumbaron árboles, postes y cableados. El servicio de la línea Mitre sufrió demoras tanto por las condiciones climáticas como por la obstrucción de árboles caídos entre las estaciones Malaver y San Andrés; el Sarmiento fue suspendido por la caída de carteles, árboles y postes telegráficos sobre los rieles; y en el Roca vía Quilmes también se registraron demoras.




















El Premetro, que administra Metrovías, también estuvo interrumpido por la presencia de árboles sobre las vías.




















En tanto, voceros de la Subsecretaría de Transporte y Tránsito porteña informaron que los semáforos de 50 esquinas de la Capital salieron de funcionamiento durante el temporal por baja tensión, principalmente en los barrios de Palermo, Belgrano, Villa Devoto, Boedo y Flores. Concluido el temporal, comenzaron a reponerse paulatinamente.




















La avenida General Paz fue otro camino con problemas. Dos carriles con sentido al Riachuelo, a la altura de la calle Tinogasta, quedaron cortados por la caída de ramas.




















En el mismo eje de la General Paz, pero en Villa Martelli, algunos toldos de stands de la megaexposición de ciencia Tecnópolis cayeron al piso, al igual que las láminas de algunos carteles indicadores, sin que se registraran mayores destrozos. Así lo pudo comprobar LA NACION durante una recorrida por el predio, luego de denuncias sobre instalaciones arruinadas y peligro de electrocución como consecuencia del temporal. Tampoco hubo heridos, ya que ayer -como todos los lunes- la muestra está cerrada al público.




















Un técnico de un stand del sector Fuego, que estaba presente durante el temporal, dijo: "El domo transparente se abolló y volaron objetos, especialmente de los stands inflables".



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¿Pueden realmente los animales presentir la ocurrencia de ciertos fenómenos naturales?











Desde hace algún tiempo los científicos han venido convenciéndose con mayor vehemencia que algunos animales pueden presentir, con suficiente anticipación, la ocurrencia de ciertos eventos que pueden resultar catastróficos para todos los seres vivos. De hecho, ya son innumerables los casos comprobados en los que los animales han adoptado ciertas conductas, nada corrientes, frente a la inminencia de terremotos, inundaciones, incendios o tormentas eléctricas.




















Por ejemplo, se ha observado que animales domésticos como las aves, los gatos, los perros y el ganado en general, parecen sentirse inusualmente nerviosos y tensos, justo momentos antes de ocurrir un temblor o terremoto. Es más, en ciertos casos, e incluso hasta con días de anticipación, se ha observado que las cucarachas abandonan sus escondites de manera precipitada antes de un fuerte temblor. Lo mismo parece que ocurre con otros insectos como las hormigas, por ejemplo. Recordemos además el viejo dicho marinero de que las ratas abandonan el barco justo cuando presienten que este se va a ir a pique.




















¿Cómo puede ser esto posible? La verdad es que aún no se conoce a ciencia cierta el mecanismo fisiológico que les permite a estos animales prever tales eventos. Sin embargo, sabemos que el ser humano ha venido perdiendo ciertas capacidades sensitivas, en la medida en que muchas de sus tareas se han vuelto cada vez más rutinarias, mecánicas y realizadas por máquinas. Es más; según el punto de vista de algunos científicos, la telepatía es un don que está presente en casi todos los animales, pero que el hombre perdió cuando desarrolló el habla.




















En el caso de los terremotos, hoy sabemos, gracias a los estudios hechos por los científicos y con base en los datos de los sismógrafos, que pequeños tremores anteceden siempre a un terremoto, los que no son percibidos por ninguno de nuestros cinco sentidos, aunque según parece sí son captados por los demás animales, lo cual causa en ellos ese estado de alarma y malestar. En este sentido, resultaría formidable que la ciencia de la sismología diera un poco más de atención a esta otra potencial rama de la predicción de eventos telúricos, realizando estudios más cerrados sobre el comportamiento de los animales en los momentos pretéritos al evento ¡Cuántas vidas podrían salvarse en todo caso con la ayuda de nuestros siempre incondicionales amigos los animales!




















Por otra parte, son muchos los animales que pueden presentir la llegada de las lluvias, las tormentas, las inundaciones y las tormentas eléctricas. El ganado vacuno por ejemplo, en ciertas ocasiones suele tenderse ante la inminencia de una tormenta eléctrica. Es posible que a través de sus cuernos, estos animales puedan captar las descargas primarias o parásitos eléctricos que anteceden a las potentes descargas eléctricas. Sin ir más lejos, al sintonizar un radio en AM justo antes de una tormenta, escuchamos bastante interferencia: ello es producto de tales parásitos eléctricos.




















En el centro de investigación de Las Gaviotas, en El Vichada (Colombia), un excelente entomólogo ya fallecido, señor Rafael Cortés, estudiando el comportamiento matutino de las abejas podía predecir, no sólo la ocurrencia de lluvias, sino, asombrosamente, la hora de las mismas con una pasmosa precisión. Lamentablemente el señor Cortés parece que no dejó nada escrito y sus valiosos estudios y descubrimientos se marcharon con él a la tumba.




















En cierto pueblo de Estados Unidos, la emisora local basa su pronóstico del tiempo en el comportamiento de unas cabras que suelen pastar en una colina cercana al pueblo. Si las cabras están en la mañana en la parte alta de la colina, con seguridad no lloverá. Si están a media montaña, son posibles algunas lluvias ligeras. Mientras que, si se encuentran en la parte baja de la colina, se producirán lluvias fuertes. Por supuesto, el pronóstico del tiempo en ese sitio es conocido como “el pronóstico de las cabras”. El acierto en este caso específico es muy alto. ¿Cómo pueden estos animales presentir tal o cual fenómeno atmosférico? La respuesta sigue siendo un misterio. Quizá ciertos sensores biológicos totalmente desconocidos hasta ahora para nosotros, sean la clave de tan acertadas predicciones.




















De cualquier manera, cuando de prever ciertos eventos de carácter probabilista se trata, como pronosticar el tiempo por ejemplo, bien vale la pena echar mano de cuanta herramienta tengamos a mano, incluso del estudio del comportamiento de los animales. Así mismo, resultaría muy saludable recurrir también a nuestros siempre sabios por naturaleza, campesinos. Ellos tienen un elevado conocimiento pragmático de la naturaleza y su comportamiento. De hecho, muchos de nosotros somos testigos de la sabiduría de nuestros indígenas para curar ciertas enfermedades, y para prever los cambios climáticos y otros acontecimientos de la naturaleza igualmente importantes para su supervivencia.




















Voy a citarles un sencillo ejemplo de cómo pueden ayudarnos algunos animales, a predecir el posible estado futuro del tiempo en nuestra siempre complicada atmósfera tropical: cuando en la mañana uno observa a aquellos desprestigiados, difamados y tantas veces maltratados gallinazos, chulos, zopilotes, guales o buitres americanos, dando vueltas en círculos y a grandes alturas, es porque estos están aprovechando las térmicas o movimientos convectivos de masas de aire que ascienden por efecto del calentamiento matutino, para planear como cualquier planeador, y poder así detectar desde tales alturas algún cadáver en descomposición. Si estas térmicas o convecciones de masas de aire están prevaleciendo sobre las advecciones, y si se cuenta con una atmósfera con una humedad superior al 60% por lo menos, podremos prever, con una alta probabilidad, que se tendrán fuertes lluvias y tormentas eléctricas durante las horas de la tarde. Si las térmicas no son muy importantes, veremos a nuestros gallinazos volar más bien bajo y sin realizar prácticamente vuelos en círculos.




















Ni qué decir del caso de las golondrinas y otras aves de pequeñas dimensiones corporales. Parece que estos agraciados animalitos son muy sensibles a los cambios de presión, razón por la cual deben bajar o subir, según las circunstancias, y al igual que lo hace un avión con base en el ajuste altímetro, para lograr estabilizar su frágil metabolismo interno. No sin razón la sabiduría popular suele asociar a estas avecillas con la presencia inminente de lluvias. Otros animales, por el contrario, posiblemente pueden detectar cambios en la humedad del aire, lo que les podría alertar sobre la llegada de la temporada de apareamiento, por ejemplo. Los escarabajos, las termitas y otros insectos, quizá obedezcan a este patrón meteorológico.




















La hibernación, mecanismo biológico utilizado por muchos animales para sobrellevar las duras condiciones del invierno, es un proceso que todavía no se logra explicar con suficiencia por parte de los científicos ¿Cómo saben los animales que la utilizan cuándo entrar y salir de ese estado cataléptico? ¿Qué mecanismo o patrón de la naturaleza les indica a las aves migratorias el momento de partir en sus largos viajes hacia otros lugares del planeta con clima más benigno? Hasta el presente, cualquier tipo de explicación a estos comportamientos no es del todo completa, y más bien se sitúa en el plano de la mera especulación.




















Por supuesto, ni más faltaba que el ser humano estuviese exento de notar algunos cambios en su metabolismo ante ciertos eventos atmosféricos. Algunas personas suelen experimentar dolores articulares, musculares o de cabeza, ante la presencia de altas presiones, o cuando se presentan cambios bruscos de temperatura y humedad del aire que pueden desembocar en lluvias fuertes y tormentas eléctricas. Ciertos accesos de asma están altamente relacionados con la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera; la humedad resulta pues mortal para un asmático. Es más: parece que algunos estados depresivos o de euforia descontrolada, están fuertemente condicionados por las condiciones atmosféricas reinantes o por venir.




















Sea cual fuere la razón de todos estos casos citados anteriormente, lo verdaderamente importante es que la ciencia debe volver los ojos hacia esta directriz de investigación, toda vez que, según lo que se ha podido determinar hasta la fecha, nuestros siempre fieles amigos los animales podrían echarnos una mano valiosa en la predicción de muchos de estos fenómenos, los que hasta la fecha no pueden ser previstos con la certeza ni antelación suficientes, como para reducir a su mínima expresión las pérdidas en bienes y vidas humanas y animales.




>>Un invierno que desafía las estadísticas

Aunque los vaivenes diarios a veces parecen desmentirlo, en los últimos sesenta años, en la Argentina se registraron menos días muy fríos, y también menos días excesivamente cálidos.











Esta conclusión surge de un análisis de las temperaturas extremas en todo el territorio nacional y, aunque por estos días el termómetro se empeñe en querer mostrar lo contrario, respalda la percepción de quienes tienen más años de que en invierno ya no hace tanto frío como antes.




















Un dato acaso un tanto inesperado es que en verano tampoco se viven días de marcas térmicas excesivamente elevadas.




















"Analicé cuatro extremos de temperatura anuales: dos valores de temperatura máxima y dos de mínima. La máxima más alta corresponde a un día de verano, y la máxima más baja, a un día de invierno. La mínima más alta se da en una noche de verano, y la mínima más baja, en una noche invernal", relata la doctora Bárbara Tencer, becaria posdoctoral del Conicet en el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (Fceyn) de la Universidad de Buenos Aires.




















Tencer estudió la temperatura más alta de todas las máximas registradas de cada año, en 42 estaciones meteorológicas de la Argentina, y generó una serie con un valor anual para el período de 60 años.




















Por ejemplo, el día más cálido en la ciudad de Buenos Aires tuvo una temperatura máxima de 43°3 (el 29 de enero de 1957), que fue la máxima más alta registrada en todo el período. Una de las máximas más bajas (5°7) se produjo el 9 de julio de 2007, día en que nevó en Buenos Aires, y otra, el 23 de junio de 1918 (4°3), que también nevó en la ciudad.




















Según muestra este trabajo, los días muy cálidos son más frecuentes, pero menos intensos; es decir, no tanto calor, pero más seguido. En cambio, las noches muy cálidas son, en general, más intensas y más frecuentes. En cuanto a los días y las noches muy frías, son menos frecuentes y con menor intensidad.











Más nubes











Lo que sorprende es que los valores máximos de temperatura no sean cada vez más altos, como se podría pensar. "Una posible explicación es que estos resultados coinciden con un aumento en la precipitación general, que se relaciona con un incremento de la nubosidad: al haber nubes durante el día, la temperatura no sube tanto", indica la investigadora, cuyo trabajo es parte de su tesis doctoral, dirigida por la doctora Matilde Rusticucci, profesora de la Fceyn e investigadora del Conicet.




















Si bien los datos corresponden a la Argentina, "hay trabajos que dan cuenta de este comportamiento en todo el planeta", confirma Tencer.




















En cuanto a los extremos fríos, la temperatura mínima es cada vez más alta. "En Buenos Aires, las temperaturas extremas aumentaron mucho más que la temperatura media global, que fue de aproximadamente 1º en 100 años: porque el extremo cálido de verano aumentó casi 2º en 100 años, pero la mínima en invierno aumentó más de 5º", enumera Tencer.




















La investigadora proyectó hacia los próximos treinta años las tendencias registradas en el siglo XX. Así, analizó los cuatro extremos en el período 2010-2040 al usar uno de los escenarios posibles de cambio climático, según lo que proyectan tres diferentes modelos de cambio climático.




















Y detalla: "En general, las noches de mucho calor tienden a ser más frecuentes y con valores más altos. En tanto, las noches más frías ocurren con menor frecuencia, y los días más fríos son menos frecuentes y no tan fríos".




















Para confirmar que la variación observada se vincula con el cambio climático global, se hace un análisis detallado que permite distinguir la variabilidad climática natural de los cambios debidos a la mayor presencia en la atmósfera de gases de efecto invernadero por causas antropogénicas.




















En realidad, esos gases también podrían aumentar por causas naturales, como el incremento del vapor de agua en la atmósfera por la mayor evaporación; del dióxido de carbono, por la descomposición de las plantas, o la liberación de metano en los pantanos.




















"La variabilidad interna es la más difícil de estudiar, porque el clima es un sistema en constante evolución", indica Tencer. Pero la tendencia en cuanto a las temperaturas extremas parece evidenciar que el tan mentado cambio climático es una realidad.




















48,3° C
29 de enero de 1957

Fue la máxima más alta de los últimos 60 años en la ciudad de Buenos Aires.










4,3° C
23 de junio de 1918

Fue la máxima más baja entre las temperaturas registradas. Ese día nevó, igual que el 9 de julio de 2007, en que la máxima fue de 5,7°.











También, cambios en la frecuencia











Los cambios de temperatura también pueden cuantificarse mediante el concepto de "períodos de retorno", que es el tiempo que transcurre (en promedio) entre dos eventos extremos sucesivos. Por ejemplo, en Buenos Aires, a mediados del siglo XX se esperaba que una noche de verano con temperatura superior a 27°C ocurriera una vez cada 20 años. Sin embargo, a fines del siglo XX este valor se repite, en promedio, una vez cada 5 años. Asimismo, en Buenos Aires, una noche muy fría, con temperatura mínima menor de -5°C, a mediados de siglo ocurría una vez cada 20 años, pero, a fines de siglo, ocurre con una diferencia mayor de 50 años.











Centro de Divulgación Científica, Facultad de Ciencias Exactas, UBA y LaNacion.com


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Cuando los aviones pasan por nubes muy frías pueden causar nevadas

Cuando los aviones atraviesan nubes con agua superenfriada (agua que permanece líquida por debajo del punto de congelación), las agujerean y se originan cristales de hielo. Este movimiento provoca que se produzca nieve y se precipite a la superficie terrestre, tal y como revela una investigación internacional, publicada en la revista Science.











Según los expertos, liderados por el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Colorado (EE UU), el fenómeno podría aumentar la frecuencia de nieve alrededor de los aeropuertos más importantes del mundo. En muchos de ellos, con cubiertas de nubes bajas invernales, los investigadores recomiendan deshelar los aviones con más frecuencia.




















DETALLES




















Estas capas de nubes se sitúan a 100 kilómetros de los principales aeropuertos y aparecen entre un 5 y un 6% del tiempo a lo largo del año. Las zonas cercanas a las regiones polares son más proclives a experimentar este comportamiento.




















Para llegar a estas conclusiones, los expertos analizaron 20 imágenes de satélite de una cubierta de nubes con agujeros, suspendida sobre el estado de Tejas (EEUU) el 29 de enero de 2007. Algunas de estas perforaciones fueron visibles durante más de cuatro horas y ocuparon longitudes superiores a los 100 kilómetros.




















Después, el equipo consultó el archivo de la Administración de Aviación Federal de Estados Unidos para saber qué aviones volaron ese día en esa zona y podían haber producido estas perforaciones y canales. Los aparatos que encontraron fueron de todo tipo: grandes aparatos de pasajeros, militares, pequeños de turbohélice y particulares.




















LA CLAVE ESTÁ EN LAS HÉLICES Y EN LAS ALAS




















La explicación del fenómeno se apoya en las hélices del motor y en las alas. "La hélice de avión empuja al aire detrás de ella lo que genera un impulso alrededor de sus puntas", explica Andrew Heymsfield, autor principal del estudio e investigador del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Colorado (EE UU).




















"Este impulso, a su vez, enfría el aire situado tras las hélices hasta 30 ºC, congelando las gotas de las nubes y dejando un flujo de pequeñas partículas de hielo", afirma el experto.




















Con las alas ocurre algo similar: el avión genera fuerza gracias al aire en movimiento situado por encima de ellas, lo que crea baja presión de aire en la parte inferior. "Esto también expande y enfría el aire situado por encima de las alas cerca de 20 ºC, un enfriamiento que se pronuncia cuando la velocidad es más alta", indica Heymsfield. Como ocurre con las hélices, el proceso puede provocar una corriente de hielo tras las alas.




















En las nubes, la temperatura del aire se sitúa en torno a los -10 ºC. Si no hay polvo o cristales de hielo (partículas sólidas consideradas el núcleo del proceso de congelación), el agua puede permanecer superenfriada, en estado líquido, hasta los -40 ºC. En este fenómeno se apoya la estrategia de ‘siembra de nubes’ que comenzó en 1960 y cuyo objetivo era influir en la cantidad de precipitación generada en una nube. Para ello, se insertaban partículas sólidas en las nubes con lo que podía comenzar la congelación de este tipo de agua a temperaturas más cálidas que - 40 ºC.




















"Si tienes gotas de agua superenfriada y partículas de hielo en la misma nube, las gotas se evaporarán y se condensarán en la superficie de esas partículas", señala Heymsfield.




















Esta condensación crea calor latente y aumenta la temperatura de la superficie del hielo, "lo que genera un dinamismo en la nube y crea movimientos que antes eran débiles o incluso inexistentes", añade el investigador. La precipitación en cascada es el siguiente paso.




















El ir y venir de los aviones por todo el mundo puede provocar de forma indirecta esta ‘siembra de nubes’. De esta forma, los agujeros y canales que forman los aparatos en estas capas de nubes podrían ser los responsables del aumento de las nevadas alrededor de los principales aeropuertos.




















Por último, el trabajo revela de qué depende que el avión cree un agujero o una capa: de su trayectoria. "Si asciende a través de una capa de nubes superenfriadas, generará un agujero, y si vuela en la capas de nubes (estándar), producirá largos canales", mantiene el experto. A su juicio, lo más emocionante del estudio ha sido poder explicar la producción y expansión de estos agujeros y canales.


>>Impacto del calentamiento global sobre los pingüinos de la Antártida

Pinguinos emperador

Muy poco se puede hacer para cambiar el actual aumento de las temperaturas causado por el cambio climático, pero sí se pueden aplicar medidas de conservación como la cuota de capturas para reducir el impacto de la pesca de krill sobre las colonias de sus depredadores –los pingüinos–”, apunta Wayne Trivelpiece, uno de los autores del estudio e investigador de la NOAA.












El estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), indica que las poblaciones de pingüinos de Adelia (Pygoscelis adeliae) y Barbijo (Pygoscelis antarcticus) disminuyeron cada año un 2,9% y un 4,3%, respectivamente, durante la pasada década en el oeste de la Península Antártica y en el mar de Scotia (Antártida). Algunas colonias incluso se redujeron hasta un 50% en los últimos 30 años.




















Los investigadores asocian esta pérdida al descenso de sus presas, unos crustáceos conocidos como krills, lo que los hace más vulnerables ante la escasez de alimento. “Su declive empezó en los años ’80 y ahora su abundancia es entre un 75% y un 80% inferior en la Península Antártica”, explica Trivelpiece.




















Según el estudio, el descenso de las cantidades de krill y de las poblaciones de pingüinos se debe sobre todo al aumento de las temperaturas. “El mayor responsable de este declive es el cambio climático y las alteraciones que se producen en el ecosistema: el aumento de las temperaturas ha causado la reducción del hielo marino, que ha repercutido de forma negativa sobre la supervivencia del krill y sobre su capacidad reproductiva”, apunta el experto.











Los autores sugieren que la recuperación de poblaciones competidoras de mamíferos marinos, como las focas y las ballenas, también ha influido en la disminución de la cantidad de alimento disponible para los pingüinos.












Si las condiciones de calentamiento global se mantienen en la Antártida, las cantidades de krill y el número de pingüinos continuarán en descenso. Por ello, “es necesario reducir las emisiones de CO2 y otras sustancias a la atmósfera; lugares como la Antártida y el Ártico son ‘sistemas simples’ y, por ello, serán los primeros en demostrar qué futuro le espera al ser humano si no pone freno a esta amenaza”, advierte Trivelpiece.




















Estas condiciones son críticas para las poblaciones de pingüinos Barbijo (P. antarcticus), que están clasificadas como especies de ‘menor importancia’ en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).




















Sin embargo, y ante los resultados del estudio, “el estatus de esta especie será examinado y posiblemente elevado de categoría en el futuro a medida que nuevos datos salgan a la luz”, confía el científico.




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La Luna y su influencia sobre el tiempo atmosférico: nuevas ideas y estudios











Es un hecho que la Luna afecta a las mareas oceánicas. El efecto de la Luna sobre el tiempo es indirecto, en tanto en cuanto los efectos de la Luna en las mareas del océano puedan alterar a las corrientes de los océanos y éstas puedan afectar al tiempo atmosférico.










Las mareas en general son elevaciones de la corteza sólida, de la atmósfera de la Tierra así como de los océanos. Cada cuerpo en el universo tiene cierto efecto de marea, al menos pequeño, sobre los otros cuerpos. Este efecto es directamente proporcional a la masa del cuerpo que causa la marea, pero inversamente proporcional al cubo de la distancia entre los cuerpos. La Luna por su proximidad a la Tierra es 2.17 veces más eficaz que el sol, más masivo en el aumento de mareas en la tierra, aunque el sol ejerce una fuerza total mucho mayor en la Tierra que la Luna.




















Como se indicó anteriormente, la gravitación de la Luna produce la "marea atmosférica"; sin embargo, el efecto es muy pequeño y está ensombrecido abrumadoramente por otros factores atmosféricos.




















Otro efecto, que es conocido y medido desde hace varias décadas por lo menos, ha comenzado recientemente a recibir más atención por parte de los geólogos y es el efecto de marea de las masas de la Tierra. Particularmente los nuevos y precisos satélites que pueden medir la topología del inequívoco desplazamiento de la tierra debido a la gravitación de la Luna. Se ha presumido que estos pequeños cambios se pueden correlacionar con terremotos y/o actividad volcánica.










Por lo tanto y en primera instancia, la Luna no tiene ningún efecto sobre el tiempo y es mínimo el efecto sobre la presión atmosférica.




















Cuando se pretende usar las herramientas de la previsión meteorológica, la influencia de la Luna en el tiempo se considera generalmente que está junto con las orugas o en el almanaque del granjero viejo o en los dolores de los reumatismos. La influencia es sólo algo folklórico.




















Pero un estudio en revista Geophysical Research Letters encontró que las fases de la Luna pueden tener cierta influencia leve en los patrones de precipitación y del flujo en los ríos a través de los EE.UU., confirmando lo que el folklore antiguo ya sugería tales conexiones.
Investigadores, dirigidos por Randy Cerveny de la Universidad de Estado de Arizona, encontraron que la lluvia y la nieve tienden a aumentar levemente algunos días antes de la Luna en su fase de cuarto (menguante y creciente), que es la intermedia entre la Luna llena y nueva. Este hecho era también cierto para la escorrentía, la cantidad de agua que atraviesa un medidor del flujo de agua en un río.




















¿Cuánta lluvia adicional pudo caer durante una Luna en cuartos?




















"Depende de la tormenta en particular y, para la escorrentía y el flujo de agua, del sistema del río particular, " dice Cerveny. "En algunos casos, la relación es relativamente intensa, como por ejemplo para el río de Ohio. Pero el efecto es, a largo plazo y total, relativamente pequeño — quizás realzando la precipitación en un 5% o algo más"




















No obstante, Cerveny observó, que tal relación podría significar que los predictores podían tener una mejor posibilidad en predecir inundaciones y que " esta investigación sugiere la posibilidad que la inundación pudiera ser algo más frecuente durante la Luna creciente que en la Luna llena o nueva”




















El equipo de investigación utilizó datos de precipitación de la red histórica de la climatología de los EE.UU., que tiene registros desde de 1895.




















En cuanto a una razón de la conexión de la Luna-lluvia, " es la pregunta de los 64.000 dólares" agrega Cerveny." Demostramos que hay un acoplamiento estadístico entre el flujo de corriente y el ciclo Lunar y entre la precipitación y el ciclo Lunar… pero nosotros no entramos en los mecanismos físicos"




















Algunos científicos echan la vista hacia atrás a los años 60 y 70s cuando se especuló que el acoplamiento era debido a las mareas Lunares que influenciaban en la producción de rayos cósmicos (que se ha sugerido como influencia de la precipitación). Otros sugieren que quizás las fuerzas de marea de presión como la causa de la Luna cambie en nuestra atmósfera, que puede generar tormentas y precipitación, él dice.




















“Desafortunadamente, no existe un consenso sobre el acoplamiento físico. Yo espero que esta investigación estimule de nuevo el interés en este tema"



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Los efectos de los huracanes pueden alcanzar el borde del espacio exterior terrestre











Los científicos no están seguros de la respuesta, pero sospechan que los huracanes afectan a más zonas, no sólo a la tierra y al agua donde golpean. Se están analizando datos en niveles altos de la atmósfera para ver si estas tormentas gigantes también alteran a la ionosfera.




















Dado que la ionosfera está llena de átomos y moléculas eléctricamente cargados, cuyo comportamiento es crítico para el funcionamiento correcto de las señales del sistema de navegación mundial y de los sistemas de comunicaciones, esto no es apenas una cuestión esotérica. Es de interés particular para ciertos usuarios, tales como la Navy americana, que quisiera predecir mejor las interrupciones de GPS.




















Pero ¿cómo puede afectar e impactar un huracán en una parte alejada de la atmósfera que se asienta en el borde del espacio?
Mucha de la influencia en la ionosfera viene del Sol, que puede enmascarar cualquier impacto de la atmósfera más baja. Y si un huracán afecta a la atmósfera externa, su impacto no se puede sentir en la región de la ionosfera que se sienta sobre la tormenta. La ionosfera se configura a lo largo de líneas geomagnéticas de manera tal que el impacto de una tormenta se pueda sentir en el otro lado del planeta.
“Pienso que los huracanes y otras tormentas importantes pueden contribuir definitivamente a la variabilidad atmosférica superior,” dijo Hanli Liu, científico del Observatorio de Alta Altitud de NCAR. “Es, sin embargo, difícil identificar claramente sus impactos.”




















Hace años, los científicos creyeron que la atmósfera externa estaba influenciada casi exclusivamente por el Sol. Pero ahora creen que las grandes tormentas pueden causar impactos que reverberan arriba sobre la superficie de la Tierra.




















El proceso puede funcionar de esta manera:




















1. Una poderosa tormenta establece oscilaciones verticalmente móviles, u ondas de gravedad, que se elevan tan arriba como la ionosfera.
2. Las ondas de gravedad establecen inestabilidades de reducida escala, llamadas perturbaciones ionosféricas viajeras (traveling ionospheric disturbances TIDs), que pueden interferir con una variedad de moléculas, alterando su composición química o carga.
3. Las ondas de gravedad y las TIDs, bajo ciertas condiciones nocturnas, pueden accionar un acontecimiento mucho más significativo que pueda agotar o disminuir temporalmente las partículas cargadas en una región ionosférica.




















Tal acontecimiento, conocido como una burbuja ionosférica o Spread-F, puede afectar a la exactitud de las señales de GPS e interrumpir las redes de comunicaciones en las cuales confiamos. (El glosario de Meteorología de la AMS explica el concepto en spread-F.)




















Estas burbujas ionosféricas son algo análogas a las tormentas geomagnéticas más conocidas que son accionadas por las erupciones masivas de partículas cargadas del Sol. Las burbujas, sin embargo, se diferencian en varios aspectos de las respectivas dominantes solares:




















• Duran más.
• Sus impactos, en la atmósfera y en los sistemas tecnológicos, tienden a ser más localizados.
• Pueden ocurrir en casi en cualquier momento en vez de estar correlacionadas al ciclo solar de aproximadamente 11 años.




















Liu no está estudiando directamente los impactos de los huracanes en la ionosfera. Pero él está trabajando con sus colegas de NCAR así como los de la NOAA, en el Laboratorio de Investigación Naval, y la universidad de Colorado en Boulder en su modelado por ordenador, que puede verter luz en el problema.




















Están desarrollando un programa que simule la electrodinámica de la ionosférica a un modelo de ordenador, conocido como WACCM, que simula la atmósfera entera. Esto permitirá a los investigadores estudiar cómo los acontecimientos en la atmósfera más baja se trasladan hacia arriba y afectan a la ionosfera.




















El nuevo acercamiento también revelará que las burbujas ionosféricas y otros acontecimientos que son tan pequeños como de 30 millas de tamaño. Esto es un gran avance sobre el modelado actual de ordenador que puede capturar solamente acontecimientos de 150 millas de tamaño o más grandes.




















Liu cree que tales simulaciones de ordenador detalladas estarán disponibles dentro de dos años. Si va todo bien, los científicos podrán seguir la pista a los acontecimientos en la atmósfera desde la superficie de tierra hasta el final de la ionosfera superior, a más de 300 millas de alto. Y, además de simular estos procesos en los superordenadores, también podrán utilizar la nueva computadora para ayudar con las medidas más exactas con los instrumentos que miden procesos en la atmósfera más lejana.




















“Nadie sabe realmente la respuesta sobre tormentas y la ionosfera,” Liu dice. “Solamente estamos esperando hacer progresos a esta pregunta con una combinación de métodos de observación, estadísticos y numéricos.”


>>España suministra la estación meteorológica que utilizará la NASA en su próxima misión a Marte

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El primer equipo en viajar a Marte fabricado en España proporcionará información meteorológica diaria desde nuestro planeta vecino. Se trata de REMS, una estación medioambiental diseñada y construida en el Centro de Astrobiología, un centro mixto del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas ( CSIC).











Entre los principales objetivos de la misión Mars Science Laboratory (MSL) de la NASA figura la evaluación medioambiental de su zona de operación marciana, tanto respecto a las condiciones actuales como a las existentes miles de millones de años atrás, mediante la medición de las variaciones diarias y estacionales.




















El instrumento que lo va a hacer posible, uno de los diez con que contará el vehículo (rover) que se desplazará por la superficie marciana, tiene por nombre REMS, acrónimo de Rover Environmental Monitoring Station (Estación de Monitorización Medioambiental del Rover), y ha sido suministrado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación de España. REMS utiliza sensores situados en el mástil, el interior y la cubierta del vehículo, de nombre Curiosity, que tiene el tamaño de un automóvil. Fueron instalados en septiembre pasado y actualmente están en fase de pruebas en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en Pasadena, California.




















Mientras que la mayor parte del equipamiento de Curiosity ha sido convenientemente protegido para poder soportar las extremas condiciones ambientales marcianas, el instrumento REMS ha contado con la dificultad añadida de tener que funcionar -y medir- en tan complicado entorno.




















"Ese fue nuestro mayor desafío", dice Javier Gómez-Elvira, ingeniero aeronáutico del Centro de Astrobiología y Principal Investigador del proyecto REMS. "Los sensores soportan fríos extremos y, además, sufren grandes cambios de temperatura todos los días." La temperatura en la zona de operación probablemente caerá a -150 grados centígrados algunas noches de invierno, para subir hasta -50 grados doce horas después. En los días más cálidos, la temperatura del aire podría llegar a unos agradables 10 a 30 grados positivos, dependiendo del lugar de aterrizaje que finalmente se seleccione.










Otros desafíos del proyecto han tenido que ver con evitar la interacción del propio vehículo y su movimiento con las medidas; así como conseguir que todo el equipo no superara el peso máximo establecido, de tan sólo 1,3 kilogramos.
El instrumento REMS medirá la velocidad y dirección del viento, presión atmosférica, humedad relativa, temperatura del aire y temperatura del suelo, además de la radiación ultravioleta; esta última, una variable que nunca sido registrada por ninguna de las estaciones meteorológicas que han actuado anteriormente sobre la superficie del Planeta Rojo. El plan operativo prevé tomar medidas durante cinco minutos cada hora a lo largo de los 23 meses (un año marciano) de duración de la misión.




















Estos registros, además de contribuir de una manera trascendental a nuestra comprensión del clima de Marte, ayudarán a la consecución del objetivo final de la misión MSL, que no es otro que determinar si ese entorno dispone de condiciones favorables para la vida microbiana.










"Es importante conocer la temperatura y la humedad justamente a nivel del suelo", señala Gómez-Elvira. La humedad en la zona de operación será forzosamente muy baja, pero entender los ciclos diarios de humedad a nivel del suelo ayudará a los investigadores a comprender la interacción de vapor de agua entre la superficie y la atmósfera del planeta. Para valorar la posibilidad actual o pasada de vida microbiana subterránea, esta interacción podría ser clave.




















La radiación ultravioleta también puede afectar a la habitabilidad, tal y como conocemos por el uso común de las lámparas ultravioleta en la esterilización de instrumental médico y de investigación. El sensor situado en la cubierta de Curiosity mide seis diferentes longitudes de onda en la porción ultravioleta del espectro, incluyendo las que actualmente monitoriza desde el cielo el satélite Mars Reconnaissance Orbiter. De esta manera, REMS contribuirá a ampliar la necesaria sinergia entre la exploración espacial basada en satélites orbitales y los datos obtenidos con equipos sobre el terreno.




















"Con REMS vamos a obtener información acerca de si las condiciones locales son favorables para la habitabilidad. También contribuirá a la comprensión global de la atmósfera de Marte", indica Gómez-Elvira. "Los modelos de circulación de la atmósfera de Marte se basan principalmente en las observaciones de los satélites orbitadores. Nuestras mediciones proporcionará una forma de verificar y mejorar los modelos."




















Un ejemplo de ello es lo que ocurre durante los inviernos sur y norte del planeta, cuando una fracción significativa de la atmósfera marciana se congela formando casquetes de hielo de dióxido de carbono en los respectivos polos; que posteriormente se descongelan y retornan a la atmósfera en la primavera de cada hemisferio. Puesto que la zona de operación de Curiosity queda lejos de esas regiones, uno de los objetivos de REMS será comprobar si los patrones estacionales que se obtengan respecto a los cambios de presión atmosférica son coherentes con este modelo de congelación – descongelación de dióxido de carbono en los polos.




















La estación meteorológica REMS está conformada por dos pequeños apéndices en forma de tubo (booms) que se extienden horizontalmente desde el mástil del rover. Cada uno de estos booms, que forman entre sí un ángulo de 120º, aloja tres sensores electrónicos que detectan la velocidad y dirección del movimiento del aire. Además, uno de ellos alberga el sensor de humedad mientras que el otro hace lo propio con el conjunto de sensores direccionales de infrarrojos que miden la temperatura del suelo El sensor de presión de aire, provisto de un blindaje antipolvo, está alojado en la cubierta y ha sido desarrollado en colaboración con el Instituto Meteorológico de Finlandia.




















El desarrollo de REMS ha sido posible gracias a un equipo de cuarenta investigadores entre científicos e ingenieros, liderados por el Centro de Astrobiología (INTA – CSIC). El lanzamiento de la misión MSL está previsto por la NASA para el otoño del próximo año 2011. Una vez REMS alcance el nivel de operación, el Centro de Astrobiología prevé suministrar online información meteorológica marciana a través de su página web.




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El clima golpeó duro en varias ciudades del país











La naturaleza, a través de su manifestación más elocuente, el clima, fue la gran protagonista del día de ayer en todo el país. En algunos lugares actuó con violencia: Comodoro Rivadavia sufrió una lluvia inédita que derivó en inundación, y la zona de Cuyo fue víctima del implacable Zonda, que obligó a suspender las clases en Mendoza. En Bariloche también llovió y se inundó. Y como si fuera poco cayó con anticipación la primera nevada del año. No tan mal la pasó el Area Metropolitana de Buenos Aires, que vivió el ¿último? “veranito” del otoño, con una máxima de 29 grados a las 15. Anoche llegó la lluvia.




















En 24 horas, en Comodoro Rivadavia (Chubut) llovió lo mismo que la media anual: 99 milímetros. Esto provocó que la ciudad se paralizara debido a que se inundó la mayoría de los barrios y el radio céntrico. Sólo 10 de las 57 escuelas dieron clases por la mañana (por la tarde fueron suspendidas en su totalidad) y no hubo transporte público.




















Al cierre de esta edición el total de evacuados llegaba a 90. Además hay gemelos de 9 meses con principio de hipotermia. Y entre los evacuados hay dos embarazadas: una de ellas con fecha de parto para el 20 de abril. La mayoría de la población quedó en sus casas durante todo el día y varios comercios no abrieron. Las rutas 3 y 1, principales vías de comunicación de la ciudad, se vieron seriamente afectadas y la cantidad de agua y lodo que llegó a las calles desde las zonas altas provocó innumerables inconvenientes: en algunas calles, los carteles con las nomenclaturas quedaron prácticamente bajo el agua, lo que da una pauta de la importancia de la inundación.




















A primera hora de ayer, el gobernador Mario Das Neves instaló en la ciudad a casi todo su gabinete. Y también hubo anuncios de ayuda de parte del Gobierno nacional.




















En los próximos días Chubut sufrirá algunos alertas: habrá fuertes vientos en la zona del valle y se esperan las primeras nevadas en la Cordillera. Esto significa un brusco cambio en el clima teniendo en cuenta que el fin de semana pasado hubo temperaturas que en la zona costera de la provincia alcanzaron los 35 grados, un clima inusual para esta época del año.




















En Mendoza, en tanto, el viento Zonda sopló fuerte y obligó al gobierno local a suspender las clases en el turno tarde y noche. El temido Zonda, se presentó con fuertes ráfagas de aire caliente y polvo en suspensión durante todo el día. Hubo caída de ramas, voladuras de algunos techos de viviendas precarias y cortes de luz en las zonas más afectadas, como Tunuyán, Maipú y Luján de Cuyo. En la localidad viñatera de Perdriel, a 30 kilómetros al sur de la capital mendocina, una rama se desplomó sobre un colectivo y provocó lesiones leves al chofer y a un nene que iba como pasajero.




















La primera nevada del año cubrió los barrios más altos de la ciudad de Bariloche, y se prevén fuertes vientos y más nevadas hasta el fin de semana. La fuerte lluvia que cayó sin interrupción desde el mediodía del martes y se mantuvo durante casi toda la noche, se transformó en una nevada a las 7 de la mañana de ayer. A las seis el termómetro había llegado a cero.











>>Científicos franceses detectan destrucción récord del ozono en el Polo Norte

La capa de ozono en el Polo Norte sufre un nivel sin precedentes de destrucción a causa de excepcionales condiciones meteorológicas, informó hoy el Centro Nacional de Investigaciones Científicas francés (CNRS).











A finales del mes pasado, la disminución de la capa que protege a la Tierra de los rayos ultravioleta fue del 40 por ciento y se registró en una "zona extensa", un fenómeno nunca antes observado, señaló el CNRS en un comunicado.




















El motivo de esta degradación se encuentra en "un invierno estratosférico muy fío y persistente" que ha conducido a una destrucción de ozono "importante" y "prolongada excepcionalmente hasta la primavera", señaló.




















La destrucción de la capa de ozono está ligada a la presencia en la atmósfera de diversos gases, emitidos por los aerosoles.




















A 80 grados bajo cero esos gases se convierten en nocivos para el ozono, un fenómeno "recurrente" en la Antártida, donde las temperaturas son "extremadamente bajas" cada invierno, pero menos común en el Polo Norte, donde la temperatura es más elevada y las condiciones meteorológicas más variables.




















"No siempre se reúnen las circunstancias para que se produzca una disminución importante del ozono" en esa región, indicó el CNRS, que señaló que "las condiciones meteorológicas extremas son responsables del récord alcanzado" este año.




















Los científicos franceses, apoyados en los datos que envían las estaciones de observación destacadas sobre el terreno, tratan ahora de determinar el impacto que este fenómeno tendrá cuando las masas de aire pobre en ozono se desplacen una vez que suban las temperaturas con el avance de la primavera.




















El CNRS advirtió de que el deterioro de la capa de ozono hubiera sido mayor si en 1987 no se hubiera firmado el Protocolo de Montreal, que limita el uso de aerosoles.




















Estos productos, que emiten gases ricos en cloro y bromo, permanecen durante años en la atmósfera, por lo que los científicos franceses no descartan que una destrucción de la capa de ozono similar a la de este año se repita si vuelve a haber inviernos excepcionalmente fríos.











Según el último informe de evaluación de la capa de ozono, este gas no recuperará su nivel de 1980 hasta los años 2045-2060 en el Polo Sur y una o dos décadas antes en el Norte.



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El verano de 2010 fue el más caluroso de los últimos 500 años

Un estudio internacional, con participación española, ha demostrado que la ola de calor que afectó a Europa en el verano de 2010 fue más cálida e intensa que la de 2003. La investigación señala que grandes olas de calor como la de 2010 podrían volver a ocurrir a partir de 2050 e incrementar su frecuencia hacia finales de siglo como consecuencia del calentamiento global.

“El análisis –basado en proyecciones futuras de cambio climático– indica un aumento continuado en la probabilidad de que ocurran mega-olas de calor en el oeste y este de Europa a lo largo del siglo XXI”, explica David Barriopedro, uno de los autores del estudio e investigador en la Universidad de Lisboa (Portugal).

El equipo de científicos, entre los que se encuentra Ricardo Garcia-Herrera, Presidente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), describe la situación hidrometeorológica que acompañó la ola de calor de 2010, y demuestra que esta ola, que afectó a Europa, y en especial a Rusia, fue más cálida y extensa que la de 2003.

“La diferencia entre 2003 y 2010 fue, en gran parte, debida a la intensidad, la extensión espacial y la persistencia de las altas presiones de origen subtropical”, señala Barriopedro. “El este y el oeste de Europa no han experimento una situación como la de estos años en los últimos 140 años. Además, el verano de 2010 fue muy cálido y probablemente el más caliente desde al menos el año 1500”, añade.




La probabilidad de que una ola de calor en Europa similar a la de 2010 vuelva a ocurrir es “muy pequeña hasta la mitad del siglo XXI”. Sin embargo, “el hecho de que sea una situación muy poco probable no quiere decir que no pueda suceder en breve”, apunta el investigador. En la segunda mitad, el riesgo aumenta de manera rápida como consecuencia, sobre todo, del calentamiento global, y del aumento de la concentración de gases de efecto invernadero.

A finales del siglo XXI, una situación como la de 2003 podría repetirse una vez cada dos veranos en el oeste de Europa, mientras que una ola de calor con la intensidad de la de 2010 se podría producir con una frecuencia de uno o dos veranos por década.

Mapa global con las anomalías de temperatura, con respecto al período 1971-2000, del mes de julio de 2010. Sobre Rusia se observan los valores positivos más altos.


La ola de calor de 2010, que afectó al este de Europa y oeste de Rusia durante el verano, se caracterizó por una circulación anticiclónica muy intensa, de gran extensión y persistencia. Su máxima intensidad se registró entre julio y principios de agosto, y las altas temperaturas aumentaron 10 ºC por encima de lo normal: “En Moscú, por ejemplo, se batieron varias veces los registros de temperatura de al menos los últimos 140 años, y se estableció un nuevo récord de unos 38 ºC”, manifiesta Barriopedro.

En el centro y oeste de Rusia se dieron condiciones de sequía, con déficits de precipitación acumulada desde enero de 2010, y una aceleración de la fusión de nieve. “Ambos procesos redujeron el contenido de agua del suelo, un factor potencial de amplificación de olas de calor”, subraya el experto.

Esta mega-ola de calor causó “más de 55.000 muertes en Rusia, extensos fuegos fuera de control, una pérdida en la cosecha anual de un 35%, y una caída económica total de alrededor de un 1% del producto interno bruto de Rusia”, según los autores.

¿Qué causa una ola de calor?

Los factores que originan una ola de calor varían según la región y el caso específico. En Europa, estas olas se asocian con sistemas anticiclónicos y con un aumento de las temperaturas por el calentamiento solar, así como con un trasporte de aire cálido hacia latitudes medias y altas, y un bajo sistema de altas presiones.

“Estos mecanismos hacen que las regiones que se encuentran bajo el anticiclón experimenten altas temperaturas. La intensidad y los efectos de la onda de calor se acentúan en función de la intensidad del anticiclón y de su persistencia”, explica Barriopedro.




Según el investigador, la mejor medida de prevención es la “mitigación” -el control y reducción en la emisión de gases de efecto invernadero-, aunque “no reduce a cero la probabilidad de mega-ola de calor”.


>>El 2010 fue uno de los años mas calidos

El año 2010 fue uno de los años más cálidos jamás registrados, junto con 2005 y 1998, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Los datos recopilados por la OMM revelan que no existe ninguna diferencia estadísti­camente significativa entre las temperaturas mundiales de 2010, 2005 y 1998.

En 2010 la temperatura media mundial superó en 0,53 °C (0,95 °F) el promedio correspondiente al período de 1961 a 1990. Este valor es 0,01 °C (0,02 °F) superior a la temperatura nominal de 2005 y 0,03 °C (0,05 °F) superior a la de 1998. Si se comparan los datos se aprecia que la diferencia entre los valores de estos tres años es menor que el margen de incertidumbre (± 0,09 °C o ± 0,16°F).











Estas estadísticas se basan en conjuntos de datos que mantienen la Unidad de Investigación sobre el Clima y el Centro Hadley de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, el Centro Nacional de Datos Climáticos (NCDC) y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) de Estados Unidos de América.




















En diciembre de 2010 la cobertura de hielo marino en el Ártico fue la menor jamás registrada, con una extensión media en ese mes de 12 millones de kilómetros cuadrados, esto es, 1,35 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media correspondiente al mes de diciembre durante el período de 1979 a 2000. Anteriormente, en septiembre se había registrado la tercera extensión más reducida de la cobertura de hielo.




















“Los datos de 2010 confirman la tendencia significativa al calentamiento a largo plazo de la Tierra”, manifestó el Secretario General de la OMM, Sr. Michel Jarraud. “Los diez años más cálidos de los que se tienen datos se han registrado a partir de 1998.”




















En los diez años transcurridos desde 2001 a 2010, las temperaturas medias mundiales han superado en 0,46 °C (0,83 °F) el promedio anual calculado para el período de 1961 a 1990 y constituyen los valores más altos jamás observados para un período de diez años desde que comenzaran los registros climáticos instrumentales. El calentamiento que se ha producido en los últimos tiempos ha sido especialmente acusado en África, en partes de Asia y en algunas zonas del Ártico, y en numerosas subregiones las temperaturas superaron en 1,2 a 1,4 °C (2,2 a 2,5 °F) la media a largo plazo.




















El año 2010 fue excepcionalmente cálido en gran parte de África, en el sur y el oeste de Asia, y en Groenlandia y el Ártico canadiense. En muchas partes de esas regiones se observaron las temperaturas más cálidas desde que se mantienen registros.




En 2010 solo en pocas zonas terrestres se dieron temperaturas significativamente más frías de lo normal, siendo los casos más destacados por sus bajas temperaturas los de partes del norte de Europa y del centro y este de Australia.El mes de diciembre de 2010 fue excepcionalmente cálido en el este de Canadá y en Groenlandia. Fue anormalmente frío en vastas zonas del norte y el oeste de Europa, y en algunos lugares de Noruega y Suecia se alcanzaron temperaturas medias mensuales con valores de hasta 10 °C por debajo de la media. En muchos lugares de Escandinavia se registró el mes de diciembre más frío. En el centro de Inglaterra diciembre fue el mes más frío desde 1890. Las intensas nevadas causaron graves trastornos del transporte en muchas zonas de Europa. Asimismo, hizo más frío de lo habitual en gran parte de la Federación de Rusia y en el este de Estados Unidos, donde la nieve también afectó gravemente al transporte.


Fenómenos climáticos y meteorológicos significativos recientes


El año 2010 se caracterizó por un elevado número de fenómenos meteorológicos extremos, entre los que cabe citar la ola de calor en Rusia y las devastadoras inundaciones causadas por el monzón en Pakistán, que se describen en la Declaración provisional de la OMM sobre el estado del clima mundial publicada en diciembre de 2010.
Entre finales de 2010 y principios de 2011 se han producido numerosos eventos meteorológicos y climáticos importantes, entre los que destacan los siguientes:

a principios de enero las inundaciones dejaron más de 800 000 afectados en Sri Lanka, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas. En enero Filipinas también se vio gravemente afectada por inundaciones y deslizamientos
de lodo.

las crecidas repentinas que se produjeron en las zonas montañosas cercanas a la ciudad de Río de Janeiro en Brasil durante la segunda semana de enero causaron más de
700 víctimas, en su mayoría debido a deslizamientos de lodo. Se trata de uno de los casos con mayor número de muertes causadas por un solo desastre natural en la historia
de Brasil.

en el este de Australia se produjeron graves inundaciones en diciembre y en la primera mitad de enero relacionadas con el fuerte episodio de La Niña aún en curso. Los daños más cuantiosos se produjeron en la ciudad de Brisbane, donde tuvo lugar la segunda crecida más alta en los últimos cien años, después de la de enero de 1974. En términos financieros se prevé que será el desastre natural más gravoso de la historia de Australia. Anteriores episodios de La Niña de gran intensidad también dieron lugar a graves inundaciones generalizadas en el este del país y, especialmente, en 1955 y 1974.



>>2010, el año de las catástrofes naturales

Hoy en día las catástrofes naturales son noticia en todos los idiomas; están aquellos que son sorprendidos por ellas y también están los otros que aún no pueden olvidarlas. El aire, el agua, el fuego y la tierra se pusieron de acuerdo y dejaron al hombre al margen.

Hace ya varios años que se habla del cambio climático y sus posibles consecuencias. El agujero en la capa de ozono, las emisiones de dióxido de carbono, el uso exagerado de combustibles fósiles y demás consecuencias de la actividad humana son tildadas como las responsables de la lenta y certera destrucción de la naturaleza. Pero los escépticos siempre estuvieron, están y estarán; por lo que no resulta extraño escuchar por estos días que los acontecimientos que se dan alrededor del mundo son “el inevitable destino” y hasta una manera de despoblar un poco el planeta, dado que con los avances de la medicina el ser humano vive cada vez más.

El 2010 fue trágico en cuanto a desastres naturales. A lo largo de sus 365 días fueron casi 300.000 personas de todos los países las que fallecieron y más de 250 millones las que fueron afectadas por culpa ¿de la naturaleza? y sus de 235 trágicas novedades. Resulta conformista y hasta facilista pensar que el mundo propone su propio aniquilamiento. La presencia del hombre y sus avances han sido letales para el planeta; y encima su pecado capital más popular, la soberbia, no permite que las cosas cambien ni encontrar soluciones.

El año pasado fueron dos acontecimientos escalofriantes los que inauguraron el ciclo: el terremoto de 7 grados en la escala de Richter que asoló Haití el 12 de enero y aquel más grave, de 8,8 grados, que destruyó el 27 de febrero un Chile que estaba más acostumbrado y preparado para la actividad sísmica. Las víctimas de la ex colonia francesa alcanzaron el fatídico número de 300 mil y las consecuencias de la destrucción masiva generada por el movimiento telúrico continúan hoy, con una epidemia de cólera a causa de la falta de higiene y de servicios básicos que aumentó la cantidad de cadáveres en las calles de manera estrepitosa (y sacó a la luz lo peor de los seres humanos, que enceguecidos e irritados por lo que la mayoría entiende como una injusticia, linchan a los enfermos para evitar la propagación del virus).

Pero si bien estos fueron los sucesos quizá protagonistas del año, en tanto lo recibieron y determinaron, en 2010 hubo una larga seguidilla. El 14 de abril China fue sacudida por un terremoto que terminó con la vida de más de 3.000 personas; en Irlanda, un volcán de nombre impronunciable entró en erupción durante varias semanas y aisló a gran parte de Europa, impedida de trasladarse por aire a causa de un humo que nublaba la vista en un ciento por ciento y podía ser una traba para los motores de los aviones.

A finales de julio fue Pakistán la víctima. El monzón que se hizo presente en el país provocó la estrepitosa caída de lluvias torrenciales que todo lo rebalsaron. Fueron más de 1.200 los muertos y 20 millones los afectados, que continuaron con tal etiqueta durante meses dado la presencia de enfermedades altamente contagiosas como la diarrea y el paludismo.

Y a pesar de la cantidad de agua, no se pudo apagar ningún fuego. Rusia debió atravesar uno de los incendios forestales más abrumadores de su historia, el que conllevó a pérdidas económicas millonarias y ni hablar de aquellas que no pueden comprarse.

Además de todo esto, la población mundial debió reajustar los termómetros para permitir que el mercurio llegue a temperaturas que antes no contaba que pudieran darse. Datos de la Organización Meteorológica Mundial demuestran que el 2010 se encuentra en el podio de los años más calurosos de la historia, en victoriosa compañía de 1998 y 2005. Las marcas térmicas a lo largo de la década alcanzaron el éxito del récord.

Hoy, pese a que la Tierra completó su giro alrededor del sol desde aquella sacudida a Haití, la situación parece haber quedado estática. Australia recibió el año con fuegos artificiales magníficos, secundados por lluvias que inundaron sus calles. En la actualidad, hay más de 200 mil damnificados y encima prevén que la cifra se incrementará dado que las tormentas aún no pararán, no al menos hasta marzo. Los caudales de los ríos se vieron superados, lo que provocó la desesperación de los habitantes, que ya no tenían dónde resguardarse del agua. Los meteorólogos culpan de lo acontecido al fenómeno La Niña, que enfría las corrientes marítimas del Océano Pacífico por lo que aumenta la intensidad de las precipitaciones. Pero detrás de esta niña tiene que haber un adulto, siempre es así.

América Latina no perdió protagonismo en este principio de 2011. Las inundaciones que se registran en Brasil ya se posicionaron como las peores de la historia del país que recibió a su primera presidente mujer, Dilma Rousseff, con tormentas. Los muertos ya se acercan a los mil y los desprendimientos de tierra se suceden sin advertencia y lo cubren todo de lodo. En Río de Janeiro fue decretado el estado de calamidad, y encima se prevén más lluvias. A esto se suman la falta de comunicación, la escasez de víveres y la propagación de enfermedades. Sí, esto es Brasil en enero de 2011, no Haití en el mismo mes del año anterior, a no confundirse.

Que el tiempo es circular nadie lo puede negar. Los lunes se repiten, al igual que los septiembres. Pero esta instalada repetición manifiesta cierto avance; del 2000 pasamos al 2001, y así desde el principio de los tiempos. Si hoy, en el primer mes del 2011, estamos en el mismo lugar que hace un año atrás, en exactamente el mismo, hay algo que funciona mal.

Y sí; es el tiempo el que anda mal, en sus dos acepciones: aquella que hace girar las agujas del reloj (que parecen haberse detenido) y aquella que remite al estado atmosférico, el que destruimos sin cesar. El hombre ignora los límites y no acepta el cambio, ni el climático ni paradigmático. Y la Tierra hace rato que pide paz.

Infobae.com habló con la Agencia de Protección Ambiental del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, la cual explicó ciertas cuestiones sobre las cuales se habla pero no siempre con conocimiento.

En la lupa del Purgatorio

El Cambio Climático es la variación significativa y persistente del clima durante un período largo de tiempo que se produce debido a causas naturales y a humanas. Los factores naturales pueden deberse a variaciones en la cantidad de energía solar que llega a la Tierra, a cambios en la composición química de la atmósfera por efecto del vulcanismo y a alteraciones en la distribución de las superficies continentales que se producen por lentos procesos geológicos.

Los cambios debidos a factores humanos encuentran su causa por un lado en la alteración de la superficie terrestre (el reemplazo de la cobertura natural por ciudades, la construcción de embalses y la deforestación) y por el otro, en los cambios en la composición química de la atmósfera producidos por la inyección de gases que potencian aún más el efecto invernadero natural. La parte del CO2 emitida por las actividades humanas que es captada por los océanos, la biosfera y el suelo no alcanzan para paliar la situación. Su concentración aumentó un 30% en los últimos 150 años.

El calor del Infierno

Las consecuencias globales del Cambio Climático son varias. El aumento de la temperatura media del planeta, de las sequías y de las inundaciones (que además afectan la producción de alimentos y conllevan a aumentos en los precios); la mayor frecuencia de huracanes, tormentas tropicales y el progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente subida de los niveles de los océanos, son los principales. A estos se añaden el incremento de las precipitaciones a nivel planetario (lloverá menos días pero más torrencialmente), el aumento de la cantidad de días calurosos (las famosas olas de calor) y la escasez de agua potable.

Ejemplos de estas problemáticas cobraron protagonismo durante los últimos años en nuestro país. En la región central de la Argentina, los veranos se alargan y los inviernos parecen moderarse. En las regiones urbanas el termómetro supera las temperaturas acostumbradas y sobrepasa también a aquellas del área suburbana o rural circundante debido al efecto de isla urbana de calor.

En el centro y norte de la Argentina a lo largo de los últimos cien años las lluvias subieron un 23%, lo contrario a lo ocurrido en la región centro-oeste del país y de Chile, donde se registró una caída de 50 por ciento. Además, se acrecentó la frecuencia de vientos de la dirección este sobre el Río de la Plata, lo que ocasiona fuertes tormentas con vientos del sudeste, las famosas “sudestadas”.

A grandes rasgos, las consecuencias más alarmantes del cambio climático recaen en la proliferación de olas de calor, tormentas, precipitaciones mayores a 100 mm en 24 horas o mayores a 60 mm en 1 hora.

La búsqueda del Paraíso

Los ciudadanos no estamos exentos a esta problemática y sí podemos pensar en propuestas para ayudar al planeta, aunque mínimas o cuasi imperceptibles a nivel mundial.

Las recomendaciones de la Agencia Ambiental son fáciles de lograr y aún más importantes de sostener.

Lo primordial es intentar reducir al máximo nuestra huella de carbono. Hay que seguir una conducta social y ambientalmente responsable para que los recursos con los que se cuenta, que son limitados, sean cuidados y optimizados. La Tierra necesita de un uso racional y eficiente de ellos.

También es clave la incorporación del reciclado a nuestra cotidianeidad, no sin antes tener en cuenta la capacidad de reutilizar aquello que normalmente entendemos como un deshecho en su segunda instancia.



>>¿Para que sirve la sensación térmica?

Reina de las portadas de los diarios durante las olas de calor, se trata de un valor que resulta de combinar parámetros como la temperatura, la humedad y el viento, aunque de nulo interés para los meteorólogos.


Cualquier persona que ayer haya caminado por la ciudad de Buenos Aires la sufrió y, por las dudas, está hoy en la tapa de todos los diarios: la sensación térmica, pasado el mediodía, fue de 43,6˚C.

Da la impresión de ser todo un record (lo cual no es cierto). Y, sin embargo, ayer la temperatura jamás superó los 34,6˚, una marca que parece más que razonable para esta época del año.

Entonces, ¿qué es esto de la sensación térmica? ¿Cuál es la diferencia con la temperatura? ¿Qué valor tiene para los meteorólogos, por ejemplo? ¿Por qué se habla cada vez más de sensación térmica, en lugar de temperatura?

El primer punto importante es el siguiente: aunque se mida en grados Celsius, al igual que el número que marca el termómetro, la sensación térmica no es la temperatura. “Si hablamos de calor, es un valor, digamos, de sensación de disconfort”, definió la jefa de Difusión del Servicio Meteorológico Nacional, Miriam Andrioli, seguramente más conocida por ser la cara del tiempo del Canal América.

La cosa empezó hace más de 60 años, cuando terminaba la Segunda Guerra Mundial. Fue con el frío, en realidad. Un general norteamericano, preocupado por la sensación de frío en sus soldados, comenzó a estudiar el efecto del viento. Si había viento, los soldados sentían más frío que en un día de calma, aunque las temperaturas fueran iguales. Con los años, estos trabajos ganaron en datos y complejidad, y derivaron en el concepto de sensación térmica. Hasta se desarrollaron tablas de temperatura y viento para determinarla.

El concepto se amplió luego al calor. A partir de ciertas temperatura y nivel de humedad, la sensación corporal es de mayor calor que la marca térmica reinante. El viento caliente también juega su papel y puede empeorar las cosas. Sin embargo, vale reiterar la aclaración: ayer, en el momento de los 43,6˚ de sensación térmica, cualquier termómetro hubiera marcado 34,6˚, como dijimos, algo perfectamente normal y esperable para un enero porteño.

Entonces, ¿para qué sirve la sensación térmica? ¿Qué valor tiene para la meteorología? Andreoli fue lapidaria: “Ninguno”.

Explicó la meteoróloga que, a diferencia de la temperatura, la sensación térmica no tiene la menor incidencia en los fenómenos atmosféricos. “Por eso, para nosotros, carece de importancia. Tiene un interés nulo”.

Lo notable es que desde un tiempo a esta parte, los medios de comunicación han adquirido la práctica de basar sus titulares –con una tónica de alto impacto- en la sensación térmica. “Seguramente, porque es un dato más vendedor”, arriesgó Andreoli. Y pidió aclarar el error de Tiempo Argentino y Página 12, que consideraron la sensación térmica de ayer como “récord de la década” (cosa imposible, dado que la década comenzó hace apenas 26 días), cuando ni siquiera se rompió la marca del 5 de enero de 2001, con 44,9˚ de sensación térmica.

El buen hábito exige, por lo menos, prudencia.

Porque es probable que, así como la humedad en un día de calor aumenta la sensación térmica, títulos como “La ciudad es un horno: 43,6˚ de sensación térmica”, que proliferaron ayer en los medios on-line, predispongan a las personas de manera especial. De hecho, distinto hubieran resultado hoy los comentarios en la calle si los titulares hubiesen dicho, por ejemplo: “Día caluroso y húmedo en la ciudad, con 34,6˚ de temperatura”, por usar los datos de ayer.



>>Así quedo Laboulaye después del tornado

Fotografías que fueron enviadas por lectores de La Voz
desde el sudeste de Córdoba

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>>Nuevas tormentas complican a Córdoba

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Unos 80 árboles caídos, 15 cables de electricidad cortados, distintos sectores de la ciudad sin luz, automóviles dañados y calles anegadas es el saldo provisorio de las tormentas que se vienen registrando en la ciudad de Córdoba desde ayer por la tarde.





Un cuarto de la ciudad estaba sin suministro eléctrico anoche por la salida de servicio de 90 distribuidores, según reconoció la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), aunque según dijo su vocero Adrián Calvo a las 8, la situación de "media tensión está normalizada".

"Durante hoy y gran parte de mañana vamos a tener problemas de baja tensión, porque hubo muchos cables cortados, incluso después de una tormenta tan violenta como la del lunes", dijo Calvo a Mitre 810.

Epec estimó esta mañana que unos 12 mil hogares todavía sufren los cortes de luz.

El director de Defensa Civil de la Municipalidad de Córdoba, Jesús Almada, informó esta mañana que los vecinos de la ciudad reportaron la caída de 80 árboles y 15 cables cortados por la tormenta de las últimas horas, con la caída 38 milímetros

El funcionario indicó que los barrios Ameghino Norte, Los Granados, Matienzo, Villa Páez y Villa Urquiza, fueron los que más sufrieron el impacto del temporal.

También señaló que hubo llamados al “call-center” municipal por problemas con las cloacas, el hundimiento de unos 10 pozos y la caída de nueve postes de alumbrado.

Almada dijo que hay un inconveniente en la zona de El Tropezón, “en la arteria que viene de La Calera se ha hundido una zanja” y “se ha tenido que cortar la calle”.

Sobre avenida Cárcano, a la altura del Estadio "Mario Alberto Kempes", cedió una obra de desagüe y volcó un automóvil que se encontraba estacionado en el lugar, indicaron fuentes policiales.

Raúl Fuentes, jefe de la Patrulla del Río de la Provincia, informó que fueron evacuadas 14 personas, siete de ellas en el sector del Puente de Trabajo y las restantes en el 24 de Setiembre.

>>Elevada sensacion termica y tormentas en Buenos Aires (enero 2011)

Una nueva jornada de calor agobiante vivieron hoy los habitantes de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, con una sensación térmica que trepó hasta los 43,6 grados hasta que al final de la tarde una lluvia torrencial trajo alivio al forzar un abrupto descenso de temperatura de 14 grados en una hora.

A última hora de la tarde, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) bajó de naranja a amarillo el sistema de alertas sobre olas de calor y salud en la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, luego de la llegada de una lluvia torrencial sobre la zona.

En tanto, una tormenta con granizo y ráfagas de viento de hasta 80 kilómetros por hora sorprendió a los vecinos de la localidad bonaerense de Ezeiza y provocó daños.

La intensidad del viento fue tal que llegó a destrozar la cúpula y un blindex de la estructura donde se encuentra la Virgen del aeropuerto internacional de Ezeiza.

Asimismo, uno de los techos de una de las mangas de acceso a los aviones salió volando como consecuencia del fuerte viento, quedó sobre la pista y rápidamente tuvo que ser retirada para que no alterara las operaciones de vuelos.

En el área metropolitana, la máxima del día se dio a las 14:00, con una temperatura de 34,5 grados, y una sensación térmica de 43,6, como producto de la humedad reinante.

Las altas temperaturas que desde hace unos días afectan a casi todo el territorio nacional comenzaron a descender a partir de la llegada de la lluvia, que en algunas zonas se produjo con caída de granizo.

Desde el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitieron hoy una serie de alertas por tormentas fuertes con ráfagas y ocasional caída de granizo, en primer lugar para el centro y oeste de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, San Luis, este de La Pampa, y centro y sur de Santa Fe.

A media tarde, y a medida que se desplazaba el frente de tormenta, el SMN amplió el área a Rosario del Tala - Concepción del Uruguay (Entre Ríos), y San Pedro - San Antonio de Areco - Pilar (Buenos Aires).

Alrededor de las 15:30, en la localidad bonaerense de Ezeiza se produjo un temporal con caída de granizo, que sorprendió a más de un vecino.

A las 17:00, el SMN emitió un alerta meteorológico para la Capital Federal y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, este de La Pampa, San Luis, centro y sur de Santa Fe y Río de la Plata.

Según este último informe, "sobre el este de la provincia de Buenos Aires, centro de Santa Fe y Entre Ríos se registran áreas de lluvias y tormentas de variada intensidad".

"Se estima que dichos fenómenos podrán ser localmente intensos y estar acompañados de ráfagas y ocasional caída de granizo. En el resto del área de cobertura las lluvias y tormentas, algunas de ellas intensas comenzarán a formarse hacia la noche de hoy martes", detalló el parte.

A su vez, el SMN pronosticó que "las condiciones comenzarán a mejorar durante la mañana del miércoles 26".

La elevada humedad y la temperatura por encima de los 34 grados, a pleno sol, transformaron a la Capital Federal en un verdadero horno.

Para entonces regía un alerta naranja, y el SMN advirtió que "las olas de calor pueden ser peligrosas, especialmente para los bebes y niños pequeños, personas mayores de 65 años o aquellos con enfermedades crónicas".

Ante el agobiante calor, AySA pidió a los usuarios que se extremen los cuidados para un uso racional del agua, mientras que volvían a registrarse picos en el consumo de energía.

"El agua es fundamental en nuestra vida; si nos convertimos en usuarios responsables colaboramos para que llegue a todos y además de tener una conducta responsable, seremos solidarios para distribuir el agua que disponemos entre todos", indicó la empresa a cargo del servicio de agua en Capital Federal y buena parte del conurbano bonaerense.



>>Tornado en Laboulaye, Córdoba (enero 2011)

El tornado tuvo lugar anoche, cerca de la medianoche, en la ciudad cordobesa de Laboulaye. Afectó las zonas centro y norte del casco urbano, y produjo la voladura de entre 50 y 100 techos, la caída de postes de media tensión y de árboles, que obstruyen varias calles. Los servicios de luz, teléfono y cable también están cortados.

"El centro de Laboulaye está desconocido por la tragedia, por la cantidad de destrozos", indicó el bombero voluntario Gabriel Jofre en declaraciones televisivas.

El funcionario señaló que la zona más complicada tras el fenómeno, no obstante, es el norte del casco urbano.

Frente a lo apocalíptico de la situación, Jofre destacó: "Viendo la magnitud de lo que sucedió, tuvimos muchísima suerte en la parte humana". Sostuvo que sólo fueron trasladadas a centros de salud locales seis personas, todas ellas con heridas leves como golpes o cortes. "Los llevamos por precaución. No sufrieron problemas graves afortunadamente", dijo.

Dentro de la ciudad, el tornado dejó una estela de destrucción de 2.000 metros de largo por 250 de ancho, según especificaciones del bombero. "No sabemos la repercusión que tuvo en el campo", agregó.

"Nunca sufrimos un fenómeno de esta magnitud", sentenció Jofre.

Alicia Pregno, intendenta de Laboulaye, relató: "Esperábamos el agua pero llegó con viento. La lluvia intensa duró dos horas pero el viento destruyó todo en cinco minutos".

La funcionaria confirmó que "la gente está bien" y que sólo hay complicaciones en "las cosas materiales", informó el sitio web Cadena 3.

Con respecto a los que sufrieron problemas en sus viviendas, Pregno señaló que ofreció un albergue de la comuna, pero que la mayoría decidió quedarse con familiares hasta lograr solucionar su situación. También remarcó la ayuda que están recibiendo del gobierno provincial.

Por otra parte, informó que desde esta madrugada móviles policiales recorren las zonas damnificadas para evitar saqueos.



>>Temporal en Córdoba: un tercio de la ciudad a oscuras

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Como ocurre desde los últimos años, cada vez que llueve torrencialmente en Córdoba la ciudad Capital queda totalmente colapsada y sumida en prolongados cortes de luz. Ayer no fue la excepción y tras el aguacero que comenzó en horas de la tarde y que incluyó granizo, distintos sectores quedaron incomunicados, a oscuras e inundados por un largo tiempo.

Al cierre de esta edición, desde la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (Epec) informaron que alrededor de 90 distribuidores estaban fuera de servicio, lo que se tradujo en que casi un tercio de la ciudad permaneciera sin luz. Es más, algunos barrios llevaban ayer más de 24 horas sin la provisión del servicio producto de la tormenta que azotó a la ciudad el lunes por la tarde.

Por prevención, patrullas de Defensa Civil de la Municipalidad de Córdoba irrumpieron el paso vehicular a lo largo de toda la Costanera y evacuaron a 14 personas que se encontraban debajo del puente 24 de Septiembre. Si bien se denunciaron numerosos árboles caídos, cables cortados, y anegamientos de calles, hasta anoche, no se habían registrado heridos producto del temporal.

La Policía Caminera dispuso realizar cortes en distintas rutas para evitar accidentes producto de las fuertes lluvias, la caída de granizo y las ráfagas de viento. Primero se cortó el acceso a la ciudad de Villa Carlos Paz y luego el ingreso a esa localidad por Costa Azul y por la ruta E-55, donde suelen producirse serios desmoronamientos.

También resultó muy complicado llegar hasta la ciudad de Cosquín donde se desarrolla el tradicional Festival que congrega a multitudes; no obstante, una caravana de autos circuló a paso de hombre por la Ruta 38 hasta el lugar.

Entre las ciudades más perjudicadas se ubicó Carlos Paz donde las precipitaciones caídas fueron intensas, sorprendiendo a los turistas en balnearios y ríos donde se guarecían de las elevadas temperaturas. Hubo muchos árboles caídos y autos aplastados, también anegamientos y zonas inundadas.


>>
Sólo el 5% de los edificios porteños tiene pararrayos

E
n la ciudad de Buenos Aires no existe una exigencia legal que obligue a instalar pararrayos en los edificios. En cambio, el Código de Edificación establece que la Dirección de Planeamiento Urbano será la que determinará la necesidad de instalar uno o varios equipos en obras que, por su altura o por sus características especiales, sean suceptibles de ser dañados por descargas eléctricas atmosféricas.











Al consultar a empresas que se dedican a la instalación de pararrayos queda en claro que son una minoría los edificios que cuentan con ellos: "Se calcula que son el 5 por ciento los que lo tienen", dijo Diego Subilibia, gerente de Proinex, que ha colocado más de 5000 equipos en todo el país.




















El ingeniero Cristian Bacigaluppi, de la firma Bacigaluppi Hnos, dijo que la empresa coloca unos 1800 por año.




















Pese a que no existe una ley que exija la obligatoriedad, en los últimos años creció la demanda de pararrayos, impulsada por ser un requerimiento que reclaman muchas empresas aseguradoras.




















"Por código de edificación, el gobierno porteño exige a todos los edificios contar con una protección especialmente diseñada para las descargas atmosféricas, aunque los requerimientos dependen de las características y la altura del edificio. Hasta un edificio de cuatro pisos debe contar con este tipo de protección, que se diseña junto con la estructura de hormigón armado de la obra", puntualiza el arquitecto Roberto Baylac, socio fundador de BW Group.




















"Un proyecto completo para proteger una estructura de los efectos del rayo consta de un sistema externo e interno, compuesto por un pararrayos o un elemento vertical que funcione como dispositivo captor, las bajadas que forman parte de la estructura interna y un sistema de descarga a tierra, como pueden ser las jabalinas en los cimientos del edificio", dijo Baylac.




















Hoy existen dos modelos de pararrayos en el mercado: el Punta Franklin, que cuesta unos 1500 dólares y el ionizante, que tiene distintas versiones y puede costar unos 2500 dólares.




















Roberto Leal es miembro del Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires y, desde hace cuatro años, se especializa en rayos y pararrayos. Es ingeniero y considera que la instalación de un equipo de estos puede ser contraproducente.




















"Los pararrayos que actualmente se usan en la Argentina no son pararrayos, sino "atraedores de rayos". Con la punta ionizan el aire, atrayendo el rayo hacia ese sector", dijo y agregó: "Los pararrayos comúnmente tienen por dentro un cable conductor de 50 mm. No es suficiente para conducir toda la energía que tiene un rayo hacia la tierra. Los rayos pueden tener una intensidad de entre 1000 a 350.000 amperes. Un cable de 50 mm está indicado para las descargas de los cortocircuitos de las instalaciones eléctricas, que se calculan en 6000 amperes. Todo lo que no absorbe el pararrayos, genera inducciones de energía que se esparce por los alrededores, dice Leal.



>>Tormentas electricas: mitos y riesgos











La que sigue es una lista de los principales mitos y riesgos sobre las descargas eléctricas enumerados por expertos.




















El rayo es un fenómeno poco frecuente en la Argentina .Falso. Cada año caen unos 10 millones de rayos en el país, según las estadísticas del Grupo de Electricidad Atmosférica del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil. La Argentina no lleva registros al respecto, pese a que, como consecuencia del cambio climático, las tormentas eléctricas son cada vez más frecuentes, advirtió Vicente Barros, del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA), de la UBA. Justamente se espera que en los próximos años se incremente este tipo de tormentas. La caída de rayos está asociada a las altas temperaturas y a la humedad.




















Es poco probable anticipar dónde va a caer un rayo . Falso. En 1999, la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, dentro del Departamento de Ciencias de la Atmósfera, desarrolló un proyecto para instalar un sistema de alerta por rayos, tal como tiene Brasil. Con 23 sensores se podría cubrir todo el territorio nacional. "Removimos cielo y tierra para instalar el sistema de alertas, pero no lo logramos. Así, podrían evitarse cientos de muertes, incendios y daños materiales", dijo a La Nacion María Luisa Altinger, meteoróloga del CIMA que desde hace 25 años estudia tornados.




















Existen áreas que atraen rayos . Verdadero. Según el ingeniero Cristian Bacigaluppi, fabricante de pararrayos, el 80% de las consultas que recibe se realizan luego de haber sufrido consecuencias de la caída de un rayo. "Hay zonas que concentran mayor atracción para los rayos. Es el caso de Pilar, Luján y Moreno, donde, por ejemplo, en un conocido country de la zona oeste, un propietario sufrió las consecuencias del fenómeno dos veces en un mes", dijo. A nivel nacional, la región mesopotámica es la que concentra la mayor cantidad de caída de rayos, según Altinger. En Brasil se producen 100 muertes al año por esta causa. En los EE.UU., unas 300. En la Argentina no hay datos oficiales.




















Un rayo nunca cae dos veces en el mismo lugar .Falso. Varios especialistas indicaron que esto es sólo un mito y que durante una tormenta no existen lugares seguros en el exterior.




















Un pararrayos es suficiente protección para estar a resguardo . Falso. Brinda una cobertura en un radio de entre 30 y 80 metros. "Los sistemas de protección se colocan en predios descubiertos o en piletas con un fin de prevenir caídas de rayos, pero no significa que uno puede quedarse en el exterior durante la tormenta. Además, no alcanza con colocar uno o varios en un edificio, debe haber una revisión anual", dice Subilibia.




















Estar en el agua durante una tormenta puede ser mortal . Verdadero . En el mar, el volumen de agua salada atrae los rayos. Las piletas, no. Sin embargo, el riesgo existe porque la cabeza del nadador se convierte en el punto más alto de un ámbito abierto y puede atraer la descarga.




















Correr incrementa el riesgo de recibir una descarga . Verdadero. "Existe una cantidad de líneas de fuerza que, si se cruzan a mayor velocidad, se incrementa el potencial de riesgo de convertirse en el punto de atracción de la descarga. En EE.UU. existe una fuerte campaña de concientización al respecto en deportistas y alumnos de escuelas", dijo Altinger.




















Se puede instalar una protección contra descargas atmosféricas en un predio abierto, como un club, un country o una cancha de golf .Verdadero. No son solamente pararrayos, sino un proceso que incluye la reingeniería de las estructuras metálicas para conducir las descargas a tierra. Puede costar unos 80.000 dólares y, en el caso de los countries, alcanza el club house , la pileta, la cancha de fútbol y la de golf. La protección no alcanza a las casas y no implica que puedan usarse esas instalaciones durante las tormentas. En el caso de los clubes y colonias, el elevado costo y el hecho de que no son obligatorios por ley hace que la mayoría no tenga estos sistemas .




















Para las canchas de golf existe un método de alertas que cuesta 5000 euros y advierte a los jugadores unos 20 minutos antes de la tormenta. En el país todavía no se instaló ninguno.




















Es peligroso usar electrodomésticos durante una tormenta . Verdadero. La recomendación del SMN es que se desconecten los aparatos, ya que podrían conducir la electricidad del rayo y, además de dañarse, producir heridas o matar a quien los está utilizando. Incluso, se desaconseja usar el teléfono, aunque sea un aparato de línea no eléctrico.




















Sacar la ropa tendida de la soga puede ser una mala idea . Verdadero . Apenas comienzan a caer las primeras gotas, muchos se abalanzan hacia patios, jardines y balcones para evitar que se moje. Es una pésima idea, ya que las sogas o alambres exteriores podrían actuar como conductores durante una descarga.


>>Cuatro muertos y 9 chicos heridos por una trágica caída de rayos (enero 2011)

U
na trágica caída de rayos tiño de muerte y dolor ayer la tarde bonaerense. Cuatro personas –entre ellas dos chicos de 8 y 11 años y el masajista de Racing– murieron fulminadas por tormentas eléctricas registradas en los partidos de Florencio Varela y Luján. Además, otros nueve chicos, que junto a los nenes fallecidos asistían a una colonia de vacaciones organizada por el Obispado de Quilmes, sufrieron heridas como consecuencia del shock eléctrico causado por los rayos. Anoche, al cierre de esta edición, uno de ellos seguía internado en gravísimo estado .











La tormenta sorprendió a los chicos de la colonia “Encuentro de Evangelización Cura Brochero”, en Pergamino y Trenque Lauquen, en la localidad de Bosques, cuando estaban bañándose en la pileta, cerca de las 18. Cuando empezó la tormenta uno de los mayores que estaba a cargo les pidió que salieran del agua . Según las versiones de los vecinos, todos ya habían salido y estaban entre los árboles, buscando sus cosas, cuando cayó el rayo. Y a pesar de que la colonia tenía un pararrayos, según denunciaron algunos vecinos no tenía el cable a tierra necesaria para evitar las consecuencias de la descarga.




















Fueron tres los chicos más afectados, que llegaron al Hospital El Cruce, de Florencio Varela, con paro cardiorrespiratorio. Uno falleció al llegar al hospital y el otro dos horas después. El tercero es el que, hasta el cierre de esta edición, seguía internado en terapia intensiva, en gravísimo estado, según confirmó el jefe de Pediatría, Leandro Busso.




















En el mismo centro de atención médica fueron internados en una sala de terapia intermedia y en observación, otros tres niños aunque fuera de peligro, agregó Busso.




















Por su parte, otros cinco chicos que iban a esa misma colonia, a la que van chicos de Quilmes, Florencio Varela, Bosques y otras localidades cercanas, y que también fueron afectados por el mismo rayo, fueron internados en el hospital Mi Pueblo, de Florencio Varela, aunque con heridas leves.




















Tienen quemaduras en los miembros inferiores , dijo Aníbal Montes de Oca, director médico del Hospital Mi Pueblo.




















Según explicaron los médicos, para entender por qué algunos chicos tenían lesiones leves y otros habían sido más afectados hay que tener en cuenta varios factores, entre ellos qué tan lejos estaban del punto en donde cayó el rayo y qué tan mojados estaban. El fenómeno, además, es menos infrecuente de lo que parece.




















A ese mismo centro de atención llegó sin vida un joven de 25 años –el tercero de los fallecidos–, que perdió la vida también como consecuencia de la tormenta de rayos que pasó por el sur del conurbano bonaerense, según confirmó a este diario Francisco Risso, jefe de Defensa Civil de Florencio Varela.




















La víctima fue llevada en un auto particular junto a su hermana, una joven de 22 años, que quedó internada en grave estado, con quemaduras. Además sufrió un traumatismo de cráneo al caer tras el impacto del rayo.




















Ambos se encontraban en una zona de quintas situada en el barrio La Capilla, lejos del predio deportivo de Bosques.




















Con igual dramatismo y a 50 kilómetros de los hechos de Florencio Varela se produjo la muerte de César Nardi, masajista de Racing, que fue afectado por un rayo que cayó durante el entrenamiento del equipo de primera división en Open Door, cerca de Luján.




















Ocurrió cerca de las 18, cuando la lluvia amenazaba con suspender la práctica. El masajista, de 61 años, que se encontraba cerca de uno de los arcos de la cancha en la que practicaban dos equipos integrados por suplentes, fue afectado por la feroz descarga de un rayo que cayó a su lado, sobre un grifo metálico.




















“Pareció que el cielo se rompía en pedazos”, según relató un periodista de Clarín que estaba cubriendo el entrenamiento de Racing Fue una fatalidad , dijo el presidente de Racing, Rodolfo Molina. “La práctica se estaba llevando a cabo normalmente, no hubo tiempo de nada. Era imposible cualquier tipo de previsión”, resaltó. Y precisó que se hicieron todas las tareas de reanimación para salvarle la vida a Nardi “pero no se pudo”.




















El masajista murió en el Hospital Nuestra Señora del Lujan. En tanto, el mediocampista Braian Lluy también resultó afectado y fue llevado al mismo centro de salud, donde anoche recibió el alta médica.




















El arquero juvenil Mauro Dobler, otro de los aturdidos por el impacto, señaló a los periodistas que estaban en el lugar que sintió “algunos cosquilleos”.


>>Lanzaron alerta naranja para los agricultores por la sequía (enero 2011)

E
specialistas de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) lanzaron hoy un alerta naranja para los agricultures en un contexto en el cual hay temor a que se repita un panorama climático de sequía como la registrada en la campaña 2008-2009, que provocó muy bajos rindes y quebrantos a la producción de soja y maíz.











Ante este panorama, el dirigente agrícola Pedro Apaolaza advirtió que si se profundiza la sequía podría haber "complicaciones en la provisión de comida para el invierno'' austral. "La verdad es que está empezando a complicarse en muchas zonas. Está muy seco'', afirmó Apaolaza.




















Según el informe de CREA, estos dos cultivos de verano se encuentran en "situación límite" por la falta de lluvias y allí especialmente el maíz está sufriendo daños severos por la sequía, aunque el que está implantado podría recuperarse parcialmente si cambia rápido el patrón climático.




















La perspectiva de la soja, en cambio, resulta mucho más aleatoria dado que actualmente hay muchos cultivos de segunda, que fueron sembrados en suelo seco, que aguardan por las lluvias, algo que los ubica también en "situación límite".




















Por ello, los técnicos de CREA lanzaron una "luz anaranjada para los agricultores argentinos".




















Juan Balbín, vicepresidente del Movimiento CREA señaló: "En vistas de la cosecha esperada, ya hay productores pensando en un plan B alternativo. Este incluye suspensión de inversiones y una actitud cauta en los gastos hasta ver finalmente con cuánto grano se cuenta tras la cosecha".




















Así, actualmente la mayor preocupación de los productores es la lluvia, ya que los precios son satisfactorios para alcanzar una buena cosecha.




















Los cultivos más afectados por la seca resultan ser la soja y el maíz, mientras que el girasol presenta un mejor comportamiento frente a la escasez de humedad.




















En el caso de los cultivos de la oleaginosa éstos se encuentran en estado de botón floral o en floración, con posibilidades de rendir 1.500 a 1.800 kilos por hectárea si recibe un poco más de lluvia durante enero.




















"Hay muchos cultivos de segunda sembrados en suelo seco, esperando las lluvias, en situación límite", advirtió Balbín, quien consideró que pese a la seca los productores seguirán sembrando a principios de este año porque tampoco pueden dejar el lote ocioso.




















En lo que se refiere al trigo, el informe CREA indicó que la situación se complica aún más por las dificultades que existen para vender este cereal.




















Desde el sector privado admiten que en gran parte de la región triguera norte sólo se están pudiendo cumplir los forwards mientras que los exportadores están inactivos en la zona de influencia del puerto de Rosario.




















Según indicó Balbín, "la anormalidad climática actual se da en la zona núcleo, la más productiva del país, donde nadie esperaba rindes de soja de cinco quintales por hectárea y sin embargo se observaron en el ciclo 2008/9".




















"Estos resultados -dijo- podrían repetirse en el ejercicio 2010/11 si sigue sin llover".




















Para CREA, el nivel de quebranto para el productor podría ser doble, porque, además de tener que conseguir fondos frescos para pagar los insumos, deberá salir a comprar la soja que no produjo a 340 dólares por tonelada en la época de cosecha, para cumplir un forward que pactó temprano, por ejemplo, a 250 dólares.


>> Por culpa de “La Niña”, los expertos pronostican una menor cosecha para 2011











Poca agua para la siembra, heladas tardías y escasez hídrica en algunas zonas de producción durante el verano son algunos de los fenómenos que frenan o retardan la siembra de trigo, maíz y girasol, y condicionan los rindes de aquí a fin de año . Y una tregua de 60 días con buenas lluvias en octubre y noviembre. Todo es culpa de La Niña, “que vino para quedarse y ya está totalmente definida, porque esta iba a ser una niña débil, pero se está perfilando como de moderada a fuerte ”, dijo la técnica de clima del INTA, Stella Carballo.




















Y aunque la campaña de trigo está muy avanzada, según informó la Bolsa de Cereales porteña, hacia los 2,8 millones de hectáreas, l a falta de humedad en el suelo paró la siembra en el sudoeste bonaerense y Córdoba . En el reparto de humedad, el este del país salió favorecido y el oeste es el que más sufre la falta de agua en el suelo. Además, antes del frío de esta semana, llegó el calor que secó la parte superior de los campos. Carballo explicó que La Niña, trajo buenas lluvias en el este y norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y Entre Ríos. “La semana pasada, las lluvias han resultado muy escasas, y durante esta semana las lluvias abundantes se han registrado en el sector mesopotámico y algo menores sobre el este de la región pampeana. Crece la preocupación por la sequía que se insinúa en muchas zonas de la Argentina”, explicó Carballo. La compensación: octubre y noviembre se insinúan lluviosos.




















En definitiva, cultivos y ganadería sufren en la zona central semiárida desde el sudoeste bonaerense y parte de La Pampa y Córdoba, hacia el norte, abarcando ya partes de Santiago del Estero y Chaco. Y como en muchos casos habrá que sembrar cuando haya más humedad, el peligro de daño vendrá de las heladas tardías .




















La especialista y su colega Eduardo Sierra, de la Universidad de Buenos Aires, coinciden en que no se repetirá la fenomenal sequía de 2008/2009 . Pero Carballo recomendó “cuidar el agua, una tarea que ya no depende del clima, depende del manejo del suelo, protegiendo el agua que tengo en el perfil, haciendo los barbechos para mantener las malezas a raya para que no se roben el agua que hay, eligiendo cultivares resistentes, con más plasticidad y buen desempeño frente a condiciones que no sean climáticamente tan buenas”.




















La ventaja de esta Niña será, en octubre y noviembre, una tregua de 60 días de buenas lluvias . Pero el estrés que sufrirán los cultivos en el verano bajará el rendimiento.




















Fenómenos extremos



















Como en la mayor sequía en más de medio siglo -hace dos años- el norte santafesino afronta hoy el mismo drama.











Este año no pasó ningún mes con más de 20 mm. y junto a Chaco y Santiago del Estero la falta de agua ya afectó a 1,5 millón de hectáreas.











Eduardo Sierra es el más severo en el análisis de escasez de lluvias en el oeste. “El incremento de la variabilidad climática, en lo que va del siglo XXI, está causando impactos fuertes sobre muchas de estas zonas, que ya no pueden soportar la presión productiva de estos 30 años”.


“En la Argentina, el margen occidental de la Región Pampeana está dejando de tener capacidad agrícola”, dijo Sierra


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La ola de calor que afectó a la Ciudad fue la más extensa en medio siglo

S
i los porteños tienen la impresión de ir acumulando calor con cada día que pasa, la sensación no es una fantasía: hacía 58 años que no se registraban tantos días seguidos –exactamente nueve– con temperaturas máximas por encima de 33° . Además, desde que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) lleva las estadísticas, nunca en el mes de diciembre se había producido un período tan prolongado con marcas tan altas.

















Entre el 20 de diciembre y el martes 28, las máximas siempre fueron de 33° o más. “Estadísticamente iguala al período comprendido entre el 29 de febrero y el 8 de marzo de 1952, en el que también se registraron nueve días consecutivos con temperaturas máximas superiores a 33º”, señaló el licenciado José Luis Stella, del Departamento Climatología del SMN.














Habría sido récord absoluto de no ser porque –para alivio de los habitantes de la Ciudad–, el pico de ayer fue de 30,1°. Después de una semana a pleno sol, las nubes fueron una bendición y, junto con el suave viento que sopló desde el Río de la Plata, permitieron que la jornada fuera más soportable. Con esas condiciones, ayer por la tarde el SMN bajó el nivel de alerta por ola de calor y salud de naranja a amarillo.














En general, las marcas máximas en todo el país estuvieron unos grados más abajo que las registradas en los últimos días. Las excepciones fueron Bariloche y Trelew, donde ayer hizo más calor que en Buenos Aires: 32° y 33,6° respectivamente. La temperatura más alta de todo el país se dio en Pehuajó: 34,5°.














En la provincia de Buenos Aires –una de las más afectadas por esta ola de calor–, hubo “ un incremento del 30% de consultas en guardia , producto de sintomatologías relacionadas con el golpe de calor”, informó el director de Medicina Preventiva, Luis Crovetto.














“La característica del golpe de calor no está dada porque un día subió la temperatura bruscamente, sino por la continuidad de las altas temperaturas, y porque por la noche no bajan mucho –explicó el médico–. Entonces no hay posibilidad de que el individuo pueda recuperarse, y está permanentemente sometido al estrés de las altas temperaturas”.














Sin embargo, en estos días, el único paciente internado en el sistema público de salud bonaerense fue un bebé de 4 meses de Quilmes, sólo por 24 horas, para mejorar su hidratación. “El hecho de que no hayamos tenido pacientes graves que internar da cuenta de que la población está una vez más acatando las indicaciones que buscamos hacerle llegar”, evaluó Crovetto.














“Aunque se baje a alerta amarilla, las indicaciones de las medidas de prevención son las mismas y la población debería acatarlas, y no relajarlas pensando que ya pasó todo, ya que el golpe de calor es una patología que afecta a todas las edades y a todos los sexos”, recomiendo el funcionario.














Para hoy se anuncia una mínima de 22° y una máxima de 30°, inestable por la mañana y con nubosidad variable. Hasta el domingo, al menos, se mantendrán las mismas condiciones, y sin lluvias a la vista.


>> 2010, record en desastres naturales











Terremotos en Haití y Chile, olas de calor y heladas, volcanes en Islandia y Filipinas, inundaciones en Pakistán, Colombia y México...




















2010 sufrió más desastres naturales que lo habitual, cobrándose un cuarto de millón de vidas, y se convirtió así en el año más mortífero en una generación.




















Además, la incidencia de desastres naturales provocó cuantiosas pérdidas económicas y dejó cientos de miles de damnificados.




















"En los últimos 25 a 30 años no muchos años pueden compararse con 2010", le dijo a BBC Mundo Margareta Wahlstron, representante de la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD), un organismo de Naciones Unidas.




















Hasta el 30 de noviembre, casi 260.000 personas habían muerto en desastres naturales durante 2010, mientras que en 2009 no superaron las 15.000, según datos de la agencia de seguros Swiss Re, con sede en Ginebra.




















La ecuación de más catástrofes, más mortíferas y más costosas no debe verse como una situación aislada o una serie de eventos fortuitos.




















Según expertos consultados por BBC Mundo, la cantidad de desastres naturales ocurridos en 2010 no son un fenómeno extremo exclusivo de un mal año, sino la continuación de una tendencia que podría ver más desastres naturales en el futuro cercano.




















"Debemos entender y educar a la población, porque ésta podría ser cada vez más la norma", advirtió Wahlstron.




















Terremotos, los peores




















Para los expertos consultados por BBC Mundo, el terremoto ocurrido en enero en Haití fue, desde el punto de vista humano, la peor tragedia natural de 2010.




















La pobreza, el estado de la infraestructura y la ineficiencia del gobierno, así como el impacto de la deforestación y la densidad poblacional en áreas vulnerables, exacerbaron el impacto del poderoso sismo.




















En total se estima que unas 200.000 haitianos murieron, y a casi un año del del terremoto cerca de 1,3 millones de personas siguen viviendo en campamentos de refugiados.




















En febrero, un terremoto 500 veces más poderoso que el que azotó Haití sacudió un área en Chile que es menos poblada, tiene mejores construcciones y menos pobreza. El sismo causó menos de 1.000 muertes.




















En general, 2010 fue uno de los años de mayor intensidad sísmica en las últimas décadas.










Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, hasta el mes de diciembre ocurrieron 20 terremotos de magnitud de siete o más en la escala de Richter, comparado con los 16 usuales. Asimismo, en 2010 ocurrieron los sismos más poderosos desde 1970.




















¿Cuán extremos?




















En segundo lugar de la lista de los peores desastres de este año figuran las inundaciones en Pakistán, según los analistas consultados por BBC Mundo.




















Además de la pérdida de 1.600 vidas, el fenómeno tuvo un fuerte impacto en la agricultura y la infraestructura, que tomarán décadas en ser reconstruidas.




















Margareta Wahlstron, de Naciones Unidas, aseguró que aunque no fueron las peores inundaciones en la historia de Pakistán, se convirtieron en las más destructivas como resultado de un patrón climático extremo.










Otro fenómeno natural considerado grave en 2010 fue la ola de calor en Rusia, que fijó un récord nacional con temperaturas de hasta 43,8º C.




















Ello contrastó con fuertes temporales invernales en Estados Unidos, Europa y Sudamérica, con nevadas récord en Rusia y China y copiosas lluvias e inundaciones en México, Colombia y Venezuela, entre otros países.




















Según el Centro Nacional de Datos Climáticos en Estados Unidos, la temperatura global promedio del año hasta fines de octubre fue de 14,74º C, ligeramente más alta que el récord previo de 2005.




















Así, 2010 podría cerrar como uno de los tres más cálidos de la historia, según la Organización Meteorológica Mundial.




















El papel del hombre




















"Este año ha sido un terrible recordatorio de lo que parece estar convirtiéndose en una nueva norma", le dijo Wahlstron a BBC Mundo.




















Los científicos han vaticinado más -y más frecuentes- desastres naturales como consecuencia del cambio climático y el calentamiento global: el clima podría volverse más extremo y más impredecible.




















"El peligro radica en que cada vez habitan más personas en áreas vulnerables y no se hace nada para prohibir que se creen nuevos asentamientos poblacionales o ciudades en regiones propensas a la actividad sísmica o en zonas costeras donde el impacto de huracanes, ciclones, tifones y tsuimanis es mayor", agregó la especialista.










"Las decisiones que no se tomen hoy tendrán un impacto en los próximos 20 años", advirtió Wahlstron.




















"Cada vez que los gobiernos no se pongan de acuerdo para tratar de reducir el impacto de las actividades del hombre en la naturaleza, las catástrofes podrían ser peores".


>> Los glaciares de la Patagonia son los que mas rapido desaparecen

L
os glaciares de la Patagonia que cubren parte de Argentina y Chile son los que más rápido desaparecen del mundo a causa del cambio climático, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) divulgado este martes.










A estos glaciares les siguen los de Alaska y sus cordilleras costeras, que según el PNUMA "han ido en general perdiendo masa más rápido y desde hace más tiempo que los glaciares en otras partes del mundo".




















El tercero más rápido en achicarse es uno de los glaciares en el noroeste de Estados Unidos y el suroeste de Canadá, seguido por los de las altas montañas de Asia, incluyendo la región del Hindu Kush del Himalaya.




















En general los glaciares de Europa han estado aumentando su masa desde mediados de la década de 1970, pero esta tendencia cambió aldrededor del año 2000.




















Siempre según los datos del PNUMA, los glaciares de la Patagonia perdieron 35 metros y los de Alaska 25 metros en el período de 1960 a 2003, mientras que el retroceso medio en los del Himalaya y los Andes ha sido de 10 metros.




















Aunque la tendencia general es la disminución, los niveles más altos de precipitaciones en algunos lugares han aumentado la masa y en algunos casos el tamaño de los glaciares en particular en el oeste de Noruega, al sur de Nueva Zelanda y algunas partes de Tierra de Fuego en Sudamérica, agrega el comunicado.




















El derretimiento de los glaciares podría reducir la disponibilidad de agua en algunas zonas secas, como en Asia Central y partes de los Andes, dice el informe presentado en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Cancún.




















En las regiones secas de Asia Central, Chile, Argentina y Perú, donde hay pocas lluvias, el retroceso de los glaciares tendrá un impacto mucho mayor en la disponibilidad de agua que en Europa o en partes de Asia, donde las lluvias del monzón desempeñan un papel mucho más destacado en el ciclo del agua.




















El informe dice que muchos glaciares pueden tardar siglos en desaparecer por completo, pero agrega que muchos de los que están a baja altura, glaciares más pequeños, que a menudo son fuentes esenciales de agua en las tierras secas, se están derritiendo mucho más rápido.




















"No podemos predecir cuándo los glaciares desaparecerán por completo, seguro que estarán con nosotros por mucho tiempo, pero lo que es un hecho es que están en retroceso", afirmó el director adjunto del Centro Internacional para el Desarrollo Integral de la Montaña (ICIMOD), Madhav Karki, al presentar el informe durante la cumbre sobre el cambio climático.




















El experto no quiso hacer predicciones como las que llevaron al Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU a afirmar erróneamente que los glaciares del Himalaya desaparecerán para 2050.




















Además indicó que en cuestión de décadas podría haber problemas graves en el abastecimiento de agua en regiones secas de Asia Central, Perú, Chile y Argentina.




















En Argentina, precisamente, acaba de aprobarse una ley de protección de glaciares que, se prevé, tendrá un fuerte impacto sobre la actividad minera en el país, íntimamente ligada a esos ecosistemas.




















Como explica la corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires Verónica Smink, según los ambientalistas, la minería a cielo abierto en las zonas glaciares y periglaciares altera el ecosistema y pone en peligro una de las principales fuentes de agua dulce. Por ello, apoyan la legislación, que prohibiría la explotación minera en esas zonas.


>> La UK Met Office dice que 2010 estará entre los años más cálidos

Este año se dirige a ser el más cálido o el segundo más cálido en los registros, según la UK Met Office. Se dice que los últimos 12 meses son los más cálidos registrados por la NASA, y que está en el segundo lugar en el conjunto de datos de HadCRUT3 de la UK Met Office.

Esta organización dice que es muy probable que el calentamiento del planeta artificial esté forzando las temperaturas hacia valores más altos. Hasta ahora, el año más cálido en los registros ha sido 1998, cuando las temperaturas fueron empujadas hacia arriba por un fuerte El Niño – un acontecimiento de calentamiento en ciertas zonas del Pacífico ecuatorial este. Este año se consideró un El Niño más débil, y está siendo substituido por un acontecimiento de enfriamiento de La Niña (ver grafico)

Los científicos están esperando que este año las temperaturas pudieran ser substancialmente algo más bajas que en 1998 – pero no lo son. Dentro de los límites del error estadístico, los dos años son probablemente muy similares. "Es una muestra de que el calentamiento artificial del planeta inducido por el ser humano prosigue, " la Dra. Vicky Pope afirmó, Jefa del Consejo de Ciencia del Clima en la UK Met Office.











La década pasada fue la más cálida en los registros, y la Dr. Pope advierte que los resultados de las medidas podrán ser incluso más cálido, alrededor 0.03ºC, cuando las correcciones se hayan hecho a los datos tomados de las boyas en el mar.




















“Mucho del calor almacenado se puede distribuir por las profundidades de los océanos profundos y no sabemos que hay allí”. Las boyas toman medidas de la temperatura a un metro debajo de la superficie, donde está levemente más fresca que la temperatura de la superficie. Las medidas fueron tomadas previamente principalmente por los barcos.




















Los escépticos del clima dicen que el calentamiento se ha “aplanado” durante la década pasada. La UK Met Office está de acuerdo que la tasa de calentamiento se ha retardado – pero mantiene que es debido a la variabilidad natural del clima, y no a que el calentamiento artificial se ha parado.




















Piensan que los factores en el calentamiento más lento puede haber sido debido a diversas causas: un descenso natural en la radiación solar; una pequeña reducción en vapor de agua en la estratosfera; un aumento posible en emisiones del aerosoles desde Asia y el hecho de que el calentamiento fuerte en el Ártico esté representado mal en la manera que los datos son recolectado.




















La Dra. Pope dice que la ralentización en la subida de las temperaturas es constante con las proyecciones de modelos del clima. Ella también dice que espera con un calentamiento que va a aumentar en los próximos años. "La tendencia al calentamiento a largo plazo es de 0.16C”. "En los 10 años pasados la tasa disminuyó entre 0.05 y 0.13ºC"




















Hay un número de factores que están afectando a temperaturas a corto plazo. Mucho del calor se podía distribuir en los océanos profundos y nosotros no sabemos que hay allí"




















Hay una pregunta: durante cuántas veces ha pronosticado la Met Office un record previamente. La Dra. Pope dijo que ellos no lo habían hecho antes según ella.










Pero en un comunicado de prensa de la UK Met Office muestra un pronóstico que en 2007 se batiría probablemente a 1998. Y un report de la BBC implica que hicieron la misma predicción por el otro año de El Niño de 2003.




















Los escépticos dicen que esto podría probar por tercera vez que las predicciones han sido incorrectas. Pero es imposible ser incorrecto con un pronóstico de probabilidad, a menos que el pronóstico sea el 100%. Habría facilitado ciertamente la presión sobre la UK Met Office aunque, si sus predicciones de 2010 habían sido espectacularmente exactas.




















El profesor John Christy, escéptico del clima de la Universidad de Alabama en Hunstville, dijo que la temperatura global se había hundido en las últimas dos semanas, así que 2010 probablemente permanezca en el segundo lugar.




















Él desafió que la convicción de la UK Met Office de que los gases de efecto invernadero fueron los culpables del calentamiento. "La causa del calentamiento es una especulación. Hay retroalimentaciones numerosas en el tema y las modelizaciones no son perfectas (muchas de las cuales se modelan mal, si no todas), y me parece a mí una falta de imaginación concluir que los gases de efecto invernadero son la causa dominante, " él dijo.




















"No hay pruebas de tal causa en sentido científico clásico – así que volvemos de nuevo con muchas opiniones sobre la materia. La evidencia es fuerte que los siglos en los últimos 10.000 años fueron más cálidos que hoy sin influencia de los gases efecto invernadero relacionados con el ser humano."






























>> Tormenta de polvo y viento en Bahia Blanca (ver imagen)


Un fuerte temporal de viento y tierra, con ráfagas que alcanzaron los 120 kilómetros por hora de intensidad, provocó esta tarde al menos ocho heridos, diez evacuados, voladura de techos, caída de árboles y muchos cortes de luz en distintos barrios bahienses.











En un primer momento, Defensa Civil deslizó que una persona había fallecido como consecuencia de la caída de una pared, pero a las pocas horas el titular de la dependencia Mario Tejeda confirmó que se trató de una mujer que sufrió diversas heridas, pero se encuentra fuera de peligro.




















La víctima del accidente, ocurrido en Necochea y Caseros donde se desmoronó una pared de la cancha de Villa Mitre, fue Argentina Fiorito de 69 años que recibe atención en el hospital Penna con fractura expuesta de tibia y peroné, y traumatismo de cráneo.




















Además, tres operarios sufrieron heridas leves mientras construían un paredón en el depósito que la Cooperativa Obrera tiene en ruta 3 sur, camino a Ingeniero White. Fueron trasladados por prevención, al Hospital Español, donde sólo Martín Artasco seguía en observación debido a politraumatismos.




















Los restantes cuatro damnificados ya fueron dados de alta del mismo centro clínico, luego de comprobarse que no revestían mayores cuidados las contusiones que sufrieron tras un choque de autos provocado en la zona céntrica, debido a la escasa visibilidad durante la tormenta.




















También se registraron derrumbes parciales en las canchas de Puerto Comercial y Tiro Federal, voladuras de techos en la escuela Nº 504 "Manuel Belgrano" y en un galpón de la delegación Las Villas.




















Defensa Civil recibió más de 400 llamadas. El secretario de Obras Públicas, Rubén Valerio, informó que todas las delegaciones mantendrán una guardia permanente, al igual que el 911 y Defensa Civil, para recibir los reclamos de los vecinos.




















Dos familias debieron ser evacuadas en el barrio Spurr, al perder el techo de sus casas.




















El inspector de operaciones de Defensa Civil, José Luis Henríquez, comentó que "nos agarró de sorpresa y provocó trastornos en varios lugares de la ciudad".




















En distintos sectores se reportó falta de electricidad por corte de cables y caída de postes. EDES informó que están trabajando en un plan de emergencia para atender todos los cortes y que no se puede estimar cuándo volverá el servicio.




















También hubo caída de carteles, de antenas, de postes y árboles en toda la ciudad.




















La Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) puso en su cuenta de Twitter: "Recuerden que si ven algún cable de luz cortado en la vía pública pueden mandar SMS a EDES con palabra PELIGRO al 23722 con número de NIS".




















El meteorólogo Daniel Dodero dijo que "sobre nuestra ciudad se incrementó mucho la inestabilidad y hay vientos huracanados que llegan a 120 kilómetros".


>> Granizó en el Gran Mendoza sin causar graves daños (Diciembre 2010)

Una intensa tormenta afectó anoche el Gran Mendoza y el sur provincial. En varios departamentos cayó granizo, aunque los aviones antigranizo no actuaron.

Según in informe de Contingencias climáticas, la actividad comenzó durante la tarde en zona de cordillerana. Luego se intensificó y precipitó más fuerte en Luján de Cuyo, Godoy Cruz, Ciudad, Sur de Las Heras y Guaymallén, generando un frente de tormenta que afectó toda el área cultivada Norte-Este.

Mientras que precipitó algo de granizo pequeño en sectores como El Carrizal (Luján), La Colonia, Rodríguez Peña y Medrano (Junín).

En tanto, la célula más potente, de piedras de 1 centímetro de diámetro, se generó alrededor de las 21.30 y afectó principalmente a los distritos de Colonia Segovia y Puente de Hierro (Guaymallén), Rodeo del Medio y Fray Luís Beltrán de Maipú y Tres Porteñas, Chapanay y El Divisadero (San Martín).

En el Sur, la lluvia afectó todos los distritos de San Rafael y General Alvear. En San Rabel hubo cerca de 15 árboles caídos.

El informe preliminar de Defensa Civil (DC) indica que no hubo cultivos dañados gravemente.

Hubo algunas intervenciones por árboles caídos y filtraciones en techos, aunque todas menores, refirió Rafael Garay, titular de DC.

Si bien el granizo que cayó no fue de grandes dimensiones ni en gran cantidad, la lucha antigranizo está semiparalizada por la falta de bengalas para sembrar células de tormentas que mengüen el poder destructor de la piedra.

El cargamento con los cartuchos para que la provincia no se quede sin provisiones para la lucha antigranizo llegaria hoy.



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"La ciudad se inunda por la suciedad de los sumideros"

Desde hace unos años, los datos del tiempo y el pronóstico parecen ser tan importantes como las llaves: muchos porteños no se atreven a salir a la calle sin ellos. Tal ha sido la relevancia que han cobrado en la gran ciudad, que varios meteorólogos hoy se han transformado en populares personajes de los medios. "La fuerte granizada de 2006 y la recordada nevada de 2007, fueron dos fenómenos que han hecho que la gente esté pendiente del pronóstico", señala el Lic. Luis Rosso, Gerente de Servicios a la Comunidad del Servicio Meteorológico Nacional, al comienzo de la entrevista con Cosas de Barrio.

La primera nevada en Buenos Aires se registró en 1918, pero, se sabe, hay cosas que suceden una vez cada 100 años. "Es difícil determinar si hay un cambio climático en la ciudad -explica Rosso- lo que sí ha habido es una evolución que generó una suerte de isla de calor, a partir del asfalto, la falta de tierra que absorba humedad, la cantidad de habitantes que viven, los colectivos, las fábricas, todo genera calor. Todo eso logró que en los últimos años la temperatura promedio aumentara considerablemente, pero no hay forma de saber si eso se debe a un cambio climático o a la propia actividad humana. Ya casi no hay heladas en la ciudad, pero si uno se va a Ezeiza, va a ver que allí todavía ocurren. Los valores medios se siguen manteniendo fuera del microclima de la Ciudad de Buenos Aires".

- ¿Cree que en los próximos años la temperatura media seguirá en aumento?

Es muy probable, pero la gente tiene instinto de conservación, entonces cuando va llegando a una crisis va tomando medidas. Algunas ya se están tomando y en otras recién se está tomando conciencia. Seguir por el camino en el que vamos no nos llevará a un buen destino, pero es difícil lograr que la gente cambie hábitos que tiene incorporados desde chico. Por un lado se generan más peligros para el ambiente, pero por otro se están tomando más medidas para protegerlo. El hombre, naturalmente, por su inteligencia, tiende a modificar las cosas, por lo tanto no podemos impedir el progreso, pero sí hay que equilibrarlo con medidas que ayuden a que ese progreso sea sustentable. Todo cambio repercute en el ambiente, más aún cuando se cambia la composición de la tierra.

- ¿Nota que la caída de granizo es cada vez más frecuente en la ciudad?

No. Todos alguna vez hemos padecido la caída de granizo, y desde siempre vimos autos abollados por su efecto. Este fenómeno no es nuevo, pero cobró una terrible repercusión hace unos meses atrás, cuando se produjo en Córdoba y Callao a las 3 de la tarde. Ese día el Servicio Meteorológico había emitido un alerta a las 11 de la mañana, pero hubo mucha gente que dijo "ustedes emiten tantos alertas que uno no sabe cuándo hacerles caso". Lo que ocurre es que en la mayoría de los casos los pronósticos se cumplen pero no en la totalidad de un área. Ese día, por ejemplo, las personas que estaban en La Boca no se enteraron de la granizada. No tenemos posibilidad de precisar zonas tan pequeñas, por eso, en esos casos, damos el alerta para que la gente tome las precauciones del caso. Incluso el día anterior se advierte sobre la posibilidad de tormentas fuertes y ráfagas de viento. Utilizamos una serie de términos poco específicos, al no poder definir con exactitud el área donde va a ocurrir el fenómeno. Si nosotros pusiéramos la palabra tornado en un pronóstico, estaríamos generando pánico en mucha gente.

- Como diría Tu-Sam, a veces el pronóstico puede fallar?

Ocurre que hay distintos requerimientos para la meteorología. Tal vez se hizo bien el 90% del pronóstico pero no se habló de precipitaciones y entonces para la gente está mal hecho. Pronosticar es una cosa muy compleja que implica evaluar muchas variables. Se puede hacer un pronóstico confiable para hoy, para mañana, para pasado, pero la gente cada vez quiere más, y el lunes quiere saber cómo va a estar el fin de semana. Si hubiera mayor inversión en meteorología nosotros podríamos prever con mayor antelación las olas de frío y de calor para que las empresas distribuidoras de gas y luz puedan proveerse de reservas de suministro y evitar los cortes de luz en verano y los de gas en invierno, por ejemplo. Los norteamericanos, que miden todo, aseguran que cada peso que se invierte en meteorología, redunda seis en la economía.

- Entonces el nivel de inversión de nuestro país es escaso?

Hay países que invierten miles de millones de dólares en meteorología, y otros que no invierten tanto. Hoy en Argentina no estamos tan mal, pero tampoco estamos a la vanguardia. Estamos bastantes cuerpos detrás de Brasil, pero en la década del 70´ hemos sido líderes en Sudamérica. Desde entonces, Brasil ha tenido una expansión impresionante, y en meteorología ellos han invertido mucho, incluso han conseguido una ley profesional, por la que nosotros todavía estamos peleando. De hecho, hoy cualquier persona puede hablar en un medio sobre temas meteorológicos.

- ¿Qué medidas debe tomar la población en caso de un alerta meteorológico?

Las medidas que deben tomarse en esos casos son de sentido común: no dejar ventanas abiertas, no dejar el auto en la calle, no dejar elementos tirados a la intemperie, ya que este tipo de fenómeno levanta esos objetos y terminan transformándose en proyectiles. Un palo de escoba a 100 kilómetros por hora puede atravesar a una persona.

- ¿Es probable que este verano la ciudad vuelva a inundarse?

La ciudad está preparada para absorber 30 mm. por hora, ahora se han hecho obras que permiten un mayor drenaje, fundamentalmente en la cuenca del Arroyo Maldonado. En este sentido estamos mejor que en el último verano. Pero el problema principal de las inundaciones en la ciudad es la falta de limpieza de los sumideros, producto de la falta de control del Gobierno porteño, pero fundamentalmente de la gente desaprensiva que tira cosas al piso, no respeta los horarios para sacar la basura y mucho menos los alertas. Cuando hay un alerta no se debe sacar la basura. En este sentido falta educación.

- Entonces es muy probable que vuelvan a ocurrir?
En principio no hay que descartarlas. No hay que olvidarse que la Ciudad de Buenos Aires está asentada sobre un lugar que no se puede cambiar. Esto es plano, tenemos un Río de la Plata que cuando hay sudestada y sube su nivel, es muy difícil desagotarlo, por lo tanto hay que tomar medidas que en otros lugares no harían falta.

- En ese contexto ¿no hay forma de prevenir esas inundaciones?
Si se inunda la avenida Juan B. Justo, el problema no es exclusivamente meteorológico. Nosotros lo máximo que podemos hacer es informar qué precipitación podrá llegar a tener la ciudad el día de mañana, y ni siquiera podemos precisarlo con exactitud. A partir de ahí es problema del Gobierno de la Ciudad que se inunde o no.

- ¿Qué relación mantienen con el Gobierno porteño?

Una excelente relación. Habitualmente le pasamos un pronóstico detallado, tenemos un teléfono directo a través del cual los alertamos en forma urgente para que ellos salgan a tomar medidas. Además existe una normativa para el tema de las alertas, que nos obliga a avisarle en forma inmediata también a Defensa Civil, que es, a su vez, la entidad encargada de informar a cada lugar que corresponda.

Tras las inundaciones de febrero último (y los 15 millones de dólares que la Ciudad debió pagar por indemnizaciones), en agosto pasado el diputado Juan Pablo Arenaza (Coalición Cívica) presentó un proyecto en la Legislatura -que cuenta con el apoyo del ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli- para que la Ciudad de Buenos Aires tenga su propio servicio meteorológico, incluyendo un radar, para hacer estudios sobre la intensidad de las precipitaciones locales. "Si la idea es compartir los recursos me parece genial -argumenta Rosso- pero si la idea es trabajar en forma independiente, creo que no tiene sentido.

Si piensan trabajar con un solo radar apenas van a poder aportar una información parcial y errónea, porque para elaborar pronósticos serios se necesita trabajar con varios radares integrados. Por eso si la idea es montar un nuevo servicio meteorológico sólo para la Ciudad de Buenos Aires, resultaría descabellado, ahora si sólo piensan poner una oficina meteorológica con meteorólogos trabajando, aportando recursos propios para obtener mayores precisiones sobre las cuencas que influyen en la ciudad, no dejaría de ser un aporte más para mejorar la efectividad de un pronóstico, pero van a tener que usar el modelo del Servicio. La meteorología debe necesariamente compartir los recursos, Sería imposible trabajarlo en forma independiente. Nosotros, por ejemplo, tomamos como referencia el servicio meteorológico de Washington".

El Servicio Meteorológico Nacional -que desde enero de 2007 pasó a la órbita civil, a cargo del Ministerio de Defensa, tras 40 años de permanecer bajo la tutela de la Fuerza Aérea Argentina- opera actualmente con cuatro radares integrados, pero sólo uno, el que se ubica en Ezeiza, es propio. "Los otros tres son del INTA, nosotros pagamos el mantenimiento y los operamos en tiempo real", explica Rosso. Más tarde y aprovechando la visita a la sede de la entidad, ubicada en 25 de Mayo 658, la Lic. María Eugenia Guichandut, Jefa de Departamento del Centro Meteorológico Nacional, y el Técnico en Meteorología Mauricio Gatto, explicaron amablemente el proceso de captación de información a través de estos radares y la posterior elaboración de los pronósticos con el invalorable aporte de los sistemas informáticos. "El desafío es lograr pronosticar con certeza lo que ocurrirá con el tiempo en los próximos 15 días", anticipó la Lic. Guichandut, en compañía del pronosticador y fotógrafo Jorge Giammatteo.

La licenciatura en Meteorología se empezó a cursar en la facultad de Ciencias Exactas de la UBA en 1950. Es una ciencia dura que exige conocimientos matemáticos y físicos. "Sufrimos una escasez de meteorólogos -explica Rosso- la gente no estudia meteorología. En los últimos años, producto de la repercusión mediática que ha tenido esta profesión, hemos conseguido que se sumara más gente a la carrera, pero actualmente la universidad está generando apenas uno o dos meteorólogos al año, una cifra que no alcanza para cubrir las necesidades, que por otra parte van en aumento".
Así las cosas, todo parece indicar que habrá que seguir prestándole atención a la abuela cuando dice que le duelen las rodillas.

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